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Viernes 07 de diciembre 2012

Hay, hermanos, muchísimo que gobernar

Por: Lic. César Sánchez Olivencia
Hay, hermanos, muchísimo que gobernar
Foto: emol.com

“!Ah! desgraciadamente, hombres humanos,

hay, hermanos, muchísimo que hacer.”
 

El presidente Humala lamentó el pasado noviembre que le faltara tiempo para hacer todo lo que se propone en su gestión: “El tiempo es mi angustia todos los días. Hay tanto por hacer, tantas demandas”, dijo. Cuando un gobernante se propone hacer una gestión pública con eficiencia y eficacia, (recursos correctamente utilizados para alcanzar los objetivos), se necesita gente y tiempo. La carencia de gente que haga rápido y bien las cosas puede anular las intenciones.

El tiempo para gobernar

Vayamos al análisis. Multiplicando 365 días por 5 años, resulta la cantidad de 1,825 días de gobierno. Conste que el trabajo no lo hace solo el jefe de Estado; sino la gente común  y corriente. Hagamos los siguientes descuentos a esta cifra bruta: 8 días mensuales de sábados y domingos  por 12 meses, resulta 96 días. Sigamos. Descontemos los feriados nacionales y los feriados del sector público: 10 días por feriados nacionales, 8 días por feriados largos, más 8 días por feriados regulares. A  esta cifra le agregamos las celebraciones institucionales de las entidades del sector público, por un total de 152 días. Sigamos.

(Feriados nacionales en 2012: 1 de enero,  5 y 6 de abril, por Semana Santa, estos días pueden cambiar según las fechas religiosas, 1 de mayo, se celebra el Día del Trabajador, 29 de junio, día de San Pedro y San Pablo, 28 de julio, Día de la Independencia del Perú, 29 de julio, fiestas patrias, 30 de agosto, Santa Rosa de Lima, 8 de octubre, combate de Angamos, 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, 25 de diciembre, Navidad. Se considera medio día laborable los días 24 y 31 de diciembre cuando caen entre semana).

Feriados  para el sector público en 2012: 13 de febrero, 14 de febrero, 30 de abril, 27 de julio, 31 de agosto, 2 de noviembre, 24 de diciembre, 31 de diciembre. Los días no laborables para el sector público se  agregan junto a un feriado en días viernes o lunes, consiguiendo de esa forma "un fin de semana largo" y buscan incentivar de esa manera el turismo nacional. No olvidar que existe un alto índice de servidores públicos nombrados, que se enferman constantemente y por ello dejan de producir al 100%.

Sigamos. A esta cifra debemos agregar algunas celebraciones con paralización parcial de labores por cumpleaños de presidentes de directorios, gerentes generales, gerentes, subgerentes, y más, y más,  y más… (un promedio de 304 días (con aplicación de fórmulas estadísticas). Estamos hablando solo del Poder Ejecutivo. Sumadas estas cifras parciales, se totaliza 578 días. (Sin  contar  muertos ni heridos en los simulacros).

Hagamos una resta. 1,825 días totales de gobierno, menos 578 días, resulta 1,247 días. Aplicando un prorrateo de estas cantidad entre 365 días del año calendario, resulta lo siguiente: 3.42 años (vale decir: 3 años más 153 días redondos; vale decir: 1,248 días netos de gobierno).  Entonces, los 1,825 días de gobierno  se convierten -por arte de la burocracia weberiana- en 1,248 días netos de gobierno.

Sigamos. El caso es que hasta fines de 2012, se habrá de consumir el 20% de 1,248 días: 253 días. Ahora una resta, 1,248 menos 253 (sin cálculo infinitesimal), resulta nada menos que ¡995 días de gobierno¡. Tiempo neto que queda para gobernar. Cuando queda poco tiempo para alcanzar los objetivos se debe optimizar al capital humano. Hay hombres que hacen un trabajo en un día; hay otros que lo hacen en un mes. Con justa razón dice el jefe de Estado, interpretando al gran poeta César Vallejo: “Hay tanto por hacer”.

El análisis no termina en el párrafo anterior. Estos complicadísimos cálculos matemáticos son válidos con el supuesto de que la  burocracia del Estado (la que inventó el viejo Weber hacer muchos años) trabajara sus 8 horas hombre (también mujeres) con dedicación exclusiva. En muchos casos la realidad es distinta. Entre la hora de ingreso y la hora de salida se producen una serie de demoras del personal. Una muestra: las “colitas” que existen en muchas oficinas públicas.

El capital humano de Weber para gobernar

La burocracia de Max Weber como resultado de la transformación de las partes internas del sistema administrativo y el cambio de los factores del entorno se ha vuelto entrópica. Organismo social en cambio constante, inicia  un proceso de desgaste hasta llegar a una fase de entropía que no ha sido equilibrada  con las propias leyes del sistema  burocrático. La homeostasis o equilibrio del sistema, se ha producido contra natura: elementos incompatibles que rechaza el organismo. La burocracia como sistema se ha hipertrofiado. Felizmente hay excepciones.

Las variables extrañas del entorno  conducen a la ineficiencia del modelo. Son las disfunciones de la burocracia. Se trata de serias anomalías del funcionamiento idealizado del modelo, que una vez sometido al "mundo real", encuentra que la principal externalidad -la naturaleza humana-, se encuentra en estado de crisis. Lo que viene después como un proceso de evolución histórica (¿o involucion?) es la decadencia y el desprestigio del modelo de Weber, hasta el extremo de llamarse burócrata a un pobre hombre, (que al mismo tiempo puede ser un hombre pobre), que no resuelve con idoneidad  en el sector público. Esto es injusto porque mucha gente sabe lo que hace.

Las disfunciones son el resultado del desgaste del modelo.

Exageración en los  procedimientos y rutinas: la regla escrita es un  valor absoluto. Con este criterio nada importa, si la regla se cumplió. Thorstein Veblen considera que la burocracia es “la incapacidad entrenada”, a esta especie de  entropía de la organización. El “reglamentarismo” o paranoia de  los reglamentos: Las normas y reglamentos son los medios pero la burocracia los ha convertido en  objetivos, con carácter absoluto y prioritario.

Por efecto del formalismo y el papeleo, se producen volúmenes de trámites y formatos que entorpecen la agilidad de los procesos.  Las relaciones son impersonales,  ignorando que la organización informal trasciende y supera a la organización formal,  que realmente prevalece en las organizaciones. La rígida jerarquización de la autoridad es una fuente de ineficiencia: el funcionario de más alto nivel, toma las decisiones muchas veces sin dominar el asunto. Los símbolos del poder  o estatus de la posición, reemplazan al poder del conocimiento.

¿Quiénes deben pagar la factura? Los administrados son los afectados por esta actitud negativa de la burocracia. La organización burocrática es endógena y entrópica. Se autodegenera en círculo vicioso. Está diseñada para satisfacer sus propios intereses. No tratan de servir sino de servirse.  Las demandas de la población son muchas veces ignoradas. El problema es difícil de arreglar porque existe la resistencia al cambio. El lema de esta crisis  es: “si quieres que nada cambie, cámbialo tú mismo”. ¿Cómo cambiar este mundo si falta gente y tiempo? ¿Quién lo hará en poco tiempo?

“Señor Ministro de Salud; ¿qué hacer?”  (César vallejo).

TAGS: Perú, Gobierno
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COMENTARIOS
1 comentarios
Asi es,a esto habría que agregarle los meses de campaña electoral con toda las ventajas y desventajas que significa su realización.La opinión sin duda se centra en todo lo que es la burocracia estatal y no deja de tener razón el presidente Humala,pero no esta en cuestion el modelo si no más bien la toma de deciciones por parte de los actores politicos en puestos de mucha responsabilidad ejecutora asi como técnicos que se sienten limitados por la presencia dentro y fuera por cargos de confianza,que por presión e intereses politicos se sienten desbordados por la oferta oficial y la mediocridad.
08 de diciembre 2012
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