Después de La Haya, qué

Los alegatos orales presentados por Chile y el Perú en la Corte Internacional de Justicia de La Haya caldearon algo los ánimos esta semana, pero al final se impusieron la ponderación y la voluntad de encarar el diferendo de manera civilizada.

A despecho de algunas pocas voces destempladas, los dos países hemos dado un ejemplo de madurez al habernos comprometido a acatar la sentencia que dicte La Haya en su momento. Todo lo demás sobra.

Sin duda la posición del Perú es sólida. Nuestros alegatos nos hacen abrigar la esperanza de que la CIJ fallará dándonos la razón. Chile no ha podido probar la existencia de un tratado de límites marítimos con el Perú.

Sin embargo, debemos entender que no siempre quien tiene la razón gana los litigios. De modo que debemos estar preparados para cualquier escenario. Ganadores o perdedores en La Haya, siempre viviremos al lado de Chile. Esto nos obliga a actuar con realismo de cara al futuro.

Muchas cosas nos unen hoy con Chile: nuestra visión del desarrollo, nuestro compromiso con la democracia y la libertad, el desafío de proyectarnos hacia la Cuenca del Pacífico, por ejemplo. Somos líderes de la región en crecimiento económico, y junto con Colombia y México conformamos la Alianza del Pacífico, que concentra el 55% de las exportaciones y el 35% del PBI de América Latina.

Tenemos además sólidos vínculos económicos bilaterales. El 2011 nuestras ventas a Chile superaron los $ 2,018 millones, mientras que nuestras compras de productos chilenos alcanzaron los $1,786 millones.

En el 2003, nuestras exportaciones a Chile fueron solo $ 420 millones y las importaciones $ 404 millones. Esto quiere decir que el mercado chileno es hoy el principal destino de nuestras exportaciones en América del Sur.

Somos el tercer destino de las inversiones chilenas. A junio del 2011 aquellas sumaron $ 11,098 millones y habían creado empleo para 85 mil personas, y generado el 77% del empleo total en el sector servicios.

Hay además una integración fronteriza dinámica: Cada sábado “invaden” Tacna más de 4,000 chilenos que gastan en consultas médicas, restaurantes, casinos, compras, etc. El turismo chileno es una fuente de ingreso básica de los tacneños. A la inversa, miles de peruanos viven hoy en Chile y aportan su trabajo en favor del desarrollo de ese país.

En suma, más allá de lo que resuelva la Corte de La Haya, debemos entender que tenemos un futuro común con Chile, que debemos trabajar juntos y unir esfuerzos en función de defender los valores democráticos que compartimos y de alcanzar nuestros objetivos comunes en favor del bienestar y el progreso de nuestros pueblos. Fijados los límites definitivos, a voltear la página y forjar el porvenir de paz y cooperación.

Nota publicada en larazon.pe