Para variar, nuevas elecciones

Los acontecimientos de los últimos meses en nuestro país nos confirman que, a pesar de haberse celebrado elecciones y que comienza un nuevo mandato presidencial y de gobernadores, estamos en la provisionalidad, continúa la transición política y constitucional y que la crisis económica y social no ha sido ni podrá ser superada en el corto ni mediano plazo. Los venezolanos seguiremos viviendo en la zozobra y en la inseguridad institucional y jurídica en el año 2013, todo señala que tendremos una agenda constitucional marcada por complicaciones, donde lo fundamental es exigir respeto a la institucionalidad y a la Constitución.

La provisionalidad que vivimos pasa por designar un Contralor General de la República, cuya falta absoluta se produjo hace mucho tiempo y como se requiere consenso y negociación, palabras del léxico democrático que están en desuso, es imposible designar el sustituto definitivo en la AN, en donde el régimen menosprecia a la oposición.

Hay que designar tres nuevos rectores del CNE y doce magistrados del TSJ y para ello igualmente se requiere del consenso de una mayoría calificada en la AN, lo cual el régimen no está preparado para lograr y, por lo tanto, se inventaran una solución provisional para que nunca se resuelva el problema.

Con estos dos ejemplos se evidencia que hay un empeño del régimen de no querer aplicar la Constitución de la República.

Es y será el gran tema del año 2013 la provisionalidad en la Presidencia de la República. La AN autoriza la salida del país del Presidente de la República por tiempo indefinido para que el Presidente siga tratamientos médicos e inclusive se someta a una operación quirúrgica. Lo que debió proceder no fue que se le autorizara a salir del país, sino que el propio Presidente de la República, respetando la institucionalidad y la Constitución, declarara su incapacidad para ejercer funciones de Estado, opere el supuesto de la ausencia temporal y el gobierno, formalmente, sea fuera asumido por el Vicepresidente Ejecutivo.

¿Desde La Habana?

Sin embargo, en esta provisionalidad, donde se empeñan en incumplir la Constitución, pretenden hacer gobernar al convaleciente Presidente desde La Habana, en un quirófano o en un hospital, sedado, medicado y anestesiado. Es imposible constitucionalmente tal situación, porque la sede de los poderes públicos y capital de la república es Caracas. Ningún acto de gobierno se debe dictar desde La Habana y, si así fuera, esta viciado de nulidad.

La solución para estos casos, conforme a la Constitución, es que nos encontramos por razones médicas y de salud presidencial, en el supuesto constitucional de falta temporal del Presidente de la República; la cual, para respeto de la institucionalidad y por razones de seguridad jurídica, en este supuesto, ha debido ser declara como tal por el propio Presidente o en su defecto por la AN: En este caso asumiría temporalmente el Vicepresidente Ejecutivo. El Presidente encargado ocuparía todas las funciones presidenciales hasta la recuperación del Presidente de la República. Pero en esta provisionalidad se niegan a cumplir la Constitución que regula expresamente el supuesto en cuestión.

Sin tabú

Vivimos tiempos difíciles que vaticinan complicarse en este nuevo año 2013. El tema de la falta absoluta del Presidente se debe tratar sin tabú alguno, por ser un tema de Estado. No es un asunto personal, es un tema constitucional. Si la falta se produce de aquí al 10 de enero, queda encargado temporalmente el presidente de la AN. Debemos advertir, que el 5 de enero próximo se debe elegir una nueva junta directiva de la AN, con lo cual un cambio en la Presidencia de ese órgano del Poder Público es predecible. En este supuesto, deben realizarse elecciones en treinta días continuos siguientes a que se produce la falta absoluta.

Somos del criterio, que si el Presidente de la República no se presenta el 10 de enero a la toma de posesión se constituye una falta absoluta, equivalente al abandono del cargo, porque sería evidente la inhabilitación, y no hay prórrogas de mandatos constitucionales. Como la falta se verifica ese día, queda encargado el presidente de la AN y hay elecciones en treinta días. La Constitución impide que el Presidente de la República se juramente para un nuevo mandato fuera de Venezuela. El Texto Fundamental exige se juramente ante la AN en una fecha determinada. La única excepción constitucional es que si no se puede juramentar ante la AN, lo haga ante el TSJ. La sede de esos órganos del Poder Público es la capital de la República, la ciudad de Caracas. Constitucionalmente sería imposible una toma de posesión en La Habana, en una hospital o siendo huésped de los Castro en su casa.

Queda encargado...

Si la falta absoluta se produce después del 10 de enero y, por lo tanto, el presidente Chávez tomó posesión del cargo para un nuevo periodo, queda encargado el Vicepresidente Ejecutivo que este nombrado para ese momento y se celebran elecciones en treinta días continuos contados a partir de la fecha en que se produjo la falta absoluta.

En estos supuestos mencionados, la convocatoria a elecciones es prerrogativa del CNE y es evidente lo ajustado del plazo. Contamos con un CNE parcializado que evidentemente actuará conforme a los intereses del régimen. Ellos podrían interpretar, junto con el TSJ, la norma a conveniencia y alargar el plazo, con alguna "triquiñuela jurídica". Es posible y predecible, que si el gobierno está preparado para "la contingencia", celebren las elecciones lo más pronto posible, para agarrar desprevenida a la oposición y asegurarse el triunfo. Tampoco se puede descartar, que el Presidente de la República nos sorprenda en cualquier momento con una declaratoria de falta absoluta por incapacidad en virtud de su enfermedad, y se convoque elecciones con una nuevo candidato del PSUV y el propio Presidente haga campaña desde su lecho de convaleciente, para asegurarse la continuidad, en la medida de las posibilidades.

Resolver de inmediato

En todo caso, la oposición debe de manera inmediata y abiertamente resolver el tema de la candidatura de unidad y comunicarlo al país. El consenso se impone y las primarias parecen inviables. Ya lo hizo el Presidente de la República, lanzo su candidato, la oposición debería oportunamente hacer lo suyo. El principio es que en democracia no hay "sucesores", como expresamente lo señala el Presidente de la República. Sólo una elección libre determina quién debe ser el próximo Presidente, en caso de que se produzca una falta absoluta del jefe de Estado.

El país está en un cuento de nunca acabar. La provisionalidad nos invade, los cambios repentinos y la dinámica política es tal, que el sobresalto está a la orden día y parece marcar el inicio del año 2013. Recuerdo que cuando comenzó el año 2012 decíamos que este año era el del nuevo rumbo y que era ahora o nunca. Como ven nada es definitivo ni eterno. Seguimos en lo mismo.

Parafraseando a un respetado hombre de radio, les deseo el mejor año posible, en el cual, para variar, tendremos nuevas elecciones.