Educar mejor para producir mejor

Si el Perú no inicia una carrera para ganar la competencia de la productividad en la presente década, la amenaza de la crisis global puede echar por tierra los ideales del desarrollo que hemos soñado ´por mucho tiempo y que ahora es posible concretar. Si no lo hacemos con decisión, 30 millones de peruanos perderíamos las oportunidad de alcanzar un mejor nivel de vida. Este es el desafío que debe responder el Perú. El Estado nunca afrontó el reto de educar para crecer. La ignorancia de la relación causa efecto entre la educación del capital humano y el aumento de la productividad para el desarrollo, ha permitido esta ignominia. Pienso que el gobierno del presidente Humala podría cambiar la historia.

El tema ha pasado a la actualidad y podría decirse que es cuestión de vida o muerte para la futura economía del país. Hace pocos días, el ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, en su presentación en el foro Creación de Valor Compartido, realizado en el Congreso,  lamentó  la baja productividad empresarial del país, que es solo 20% si la comparamos con organizaciones de Estados Unidos. Enfatizó que el mayor déficit está en la microempresa y pequeña empresa, que da empleo al 80% de trabajadores del país. En términos de actividad, la agricultura es la de menor nivel productivo mientras que la minería la de mayor nivel, dijo.

 Anunció el titular del MEF que “el gobierno implementará políticas educativas y de capacitación para elevar la productividad, así como diversas medidas para mejorar el ambiente de negocios y el acceso al mercado”. Señaló que para elevar la productividad se requería más innovación y creatividad en el país. Una verdad que los gobiernos no se atrevieron a afrontar con valentía en el pasado. La situación es preocupante si se tiene en cuenta que las metas y objetivos de la inclusión social en el país, no se podrán alcanzar sin la participación conjunta del sector privado y el sector público, en alianza estratégica con visión de desarrollo nacional.

La pregunta que debe contestar el Estado y los empresarios es la siguiente: ¿Cuándo y cómo se logrará la mejora de la educación para el incremento de la productividad? Ha llegado la hora de las políticas públicas efectivas, que permitan al Perú iniciar su desarrollo productivo. La productividad se logrará con tecnología y creatividad: pilares del desarrollo sostenido de un país en proceso de crecimiento económico. No debemos perder la oportunidad de posicionar al Perú en el Primer Mundo.

Este término se refiere a aquellos países que han logrado un alto grado de desarrollo humano (IDH), disfrutan de los más altos estándares de vida, les interesa una buena distribución de la riqueza, sanidad, esperanza de vida y calidad de los servicios: ¡desarrollados¡ De otro lado, existe una gran correlación entre países con este tipo de estatus y el hecho de que posean instituciones democráticas robustas. No basta con  MarcaPerú; debemos ser más  productivos.

Estas políticas públicas solo pueden ser estratégicas. No se “produce” profesionales del más alto nivel en el corto plazo. Así lo explicó -por ejemplo- el martes 11 de diciembre,  Jorge Cortez Cumpa, Director del Pregrado de la universidad ESAN: “No se puede producir profesionales en menos de cinco años. Posicionar en el mercado laboral a los profesionales es un proceso de largo plazo”.

Fue en su exposición  “Educación y tecnología para sostener el desarrollo”, en el foro organizado por la Asociación de Egresados de ESAN. El crecimiento acelerado del país desde la década del 90,  es un factor clave para avanzar hacia el desarrollo. Esto solo se logrará con una educación que pueda formar profesionales de calidad A1, en sentido integral. No se puede ignorar que un país sin educación  avanzada, está destinado a ocupar un lugar en el patio trasero.

Existen áreas claves para el desarrollo del país que el Estado complaciente y perezoso, durante muchas décadas, no ha sabido aprovechar. Las visión de un economía pro exportadora de materias primas en base a la actividad minera, ha puesto al Perú en una trampa histórica, que puede impedirle hacer frente con éxito a los problemas de la economía mundial. Si China tiene una caída en sus importaciones de los comodities, la economía del Perú podría venirse abajo como un castillo de naipes.

Por otro lado,  el martes 18 el titular de Economía y Finanzas,  señaló que la asignación del Presupuesto por Resultados (PpR) representará casi el 50% en las cuentas del país en 2013. “Estamos innovando en gestión pública. El presupuesto por resultados es un cambio importante en el chip sobre cómo se deben asignar los recursos en el Estado”, dijo. El PpR sumará S/.40,324 millones, que equivale a un 25% más que en 2012. Este dinero estará distribuido en 67 programas en diferentes entidades de los tres niveles de gobierno. De acuerdo a los planes anunciados, se entiende que uno de los resultados que  espera el gobierno es aumentar la productividad a través de la mejora de la calidad de la educación.

Esto es crucial porque nuestro crecimiento depende en gran parte de las exportaciones mineras a China. Es una amenaza que se podría convertir en oportunidad si se aprovecha el poco tiempo que resta -antes que venga la crisis- para diversificar la producción nacional, con valor agregado. Si mañana el gigante asiático decide comprar más metales a Canadá, Australia y Chile, nuestro país no tendría alternativas de mercado. En cambio si pudiéramos exportar productos manufacturados con el ritmo de productividad de una potencia industrial, la historia sería diferente. Al presente régimen le ha tocado un trabajo muy complejo: educar para mejorar. Debe hacer lo que otros gobiernos dejaron de hacer.

El verdadero capitalismo  solo existe como tal en los países que tienen un alto nivel de productividad. Los otros “capitalismos” de la plusvalía en exceso solo son remedos de capitalismo de comienzos del siglo XX: un mercantilismo rentista que debe pasar al patio trasero de la historia.  El capitalismo no tiene por qué ser enemigo de la sociedad. Por cierto, este capitalismo autentico tiene su base económica en la productividad. Si aún dudamos, leamos al viejo economista británico de principios del siglo XX, John M. Keynes: “Junto con el desempleo involuntario, la generación de una distribución tan inequitativa de la riqueza y el ingreso, constituyen el gran defecto del capitalismo”.