Banner Tuvivienda
Viernes 19 de abril 2024   |   Contáctenos
REDES SOCIALES
Viernes 21 de diciembre 2012

Bolívar sin Chávez

Por: Mariano Nava Contreras.
Bolívar sin Chávez
Foto: Referencial

Fue muy interesante observar los actos oficiales de conmemoración de la muerte del Libertador este año, los primeros, si no me equivoco, en que no estaba presente el presidente de la República. Para los que ya tenemos cierta edad, los actos tuvieron un aire que extrañamente nos recordaba a los de tiempos pasados. No hubo declaraciones solemnes y rimbombantes, a todo gañote, acerca del inmortal destino de los pueblos de la patria grande, de esas que se hacen acompañar de fanfarrias y crepitar de galopes. Nadie batuqueó en el aire y con ademán triunfante ninguna réplica de espada ante las delirantes masas de los descamisados indigestos por tanta grandeza. Poco de eso. Más bien una inusitada sobriedad dominó los actos. La estricta regla que marcaba el rígido protocolo. Prácticamente ninguna corbata roja (excepto una, pero ya sabemos que la gente de la "cultura" suele vestirse de forma extravagante). La brevedad y la concisión, que tanto se echa de menos en la etiqueta revolucionaria, dotaron de una inédita e involuntaria solemnidad a la ceremonia.

Está claro que la más pragmática de las preocupaciones por asegurarse cada quien su particular satrapía mantuvo muy bien entretenido al liderazgo oficial, cara a las elecciones regionales, y le hizo olvidar por un momento la importante efeméride. Hasta ahí todo parece claro y sencillo, pero es posible que otros motivos subterráneos se oculten bajo el singular olvido. Que el culto a Bolívar haya venido siendo parte fundamental de la propaganda gobiernera en este país, por lo menos el último siglo y medio, es tesis ya sabida y refrendada por impecables estudios de un Germán Carrera Damas o Elías Pino Iturrieta. Que cada gobierno se haya esforzado a su turno por confeccionarse un Padre de la Patria a la medida de sus necesidades y apetitos es cosa hace rato sabida y estudiada, así como es sabido que la infalible estrategia siempre reportó los más generosos réditos políticos. Sin embargo, podríamos estar ahora ante un suceso novedoso y original, muy acorde con el carácter apocalíptico y desesperado que cada vez va tomando para sí este chavismo postremo.

Podría estar pasando que un Bolívar cansado de ser manoseado y prostituido por burócratas y mandones de toda calaña esté regresando al cabo de todos estos años, por esos cíclicos procesos que sólo conoce la historia, al lugar al que pertenece y del que nunca debieron haberlo sacado: del recuerdo afectuoso, del cariño respetuoso de los venezolanos. Podría ser que los ciudadanos estén ya bastante hartos de tanta cursilería patriotera, y que el esfuerzo de muchos historiadores y estudiosos serios que han buscado sustituir al semidiós por el hombre de carne y hueso y sus pedestres circunstancias esté comenzando a rendir frutos. Pero también podría ser, quién sabe, que el gobierno oportunamente ya esté preparando el establecimiento de un nuevo credo oficial, el reemplazo del manido y baboseado culto a Bolívar por otro más actual y doliente, que le rinda renovadas y muy necesarias ganancias, como agudamente me hacia notar mi buen amigo Ricardo Gil. Cambiar de religión, pues. Ya se sabe lo mal vista que ha sido siempre la apostasía. Sin embargo, a nadie debería extrañarle que este gobierno, huérfano como va quedando de su máximo pontífice, planee fundar algún nuevo culto oficial, un nuevo devocionario político, o al menos esté maquinando introducir cambios en su santoral. Y ya todos sabemos lo que pasa cuando hay santo nuevo.

Participa:
Valorar
Cargando...
COMENTARIOS
0 comentarios
2018 Grupo Generaccion . Todos los derechos reservados    |  
Desarrollo Web: Luis A. Canaza Alfaro    |    
Editor de fotografía: Cesar Augusto Revilla Chihuan