Relevos navideños en sector energético

César Gutiérrez, autor de estas líneas

Mientras el ciudadano de a pie sale de “shopping” de pascua, se estila en la administración pública relevos en posiciones importantes y publicación de normas espinosas. Es un clásico de la burocracia de alto vuelo, mensajes encriptados solo para impenitentes seguidores de la coyuntura, me cuento entre ellos, porque me gusta hablar en primera persona. Este año no ha sido la excepción y las arenas movedizas se han desplazado al sector energía. Un cambio, un destaque y una salida cantada, forman parte del menú de nochebuena.

El cambio con destaque se ha dado en el Viceministerio de Energía, sale Luis Ortigas, de lamentable desempeño en el despacho, discurso para todo, solución para nada; es la frase que puede describir su gestión. Sin embargo el síndrome de Estocolmo se ha apoderado de don Jorge Merino, titular en gracia de la pareja real por el momento, de la megacartera de Energía y Minas. Decidió enviar a su antiguo compañero de ruta en la hoy inoperante Proinversión, a la inmerecidamente intrascendente agencia promotora de la exploración y producción de hidrocarburos, Perupetro, muy trajinada en la era del “Humalismo”. El ingresante, Edwin Quintanilla, proveniente de las canteras del Osinergmin, es un conocedor, acertada decisión, va ser de mucha ayuda al hasta hoy huérfano de compañía, Merino. Dura tarea que le espera al flamante Viceministro, encuentra la casa en un perfecto zafarrancho de combate.

En cuanto a la salida más anunciada del año 2012, es la del hasta hoy Presidente de Petroperú, Humberto Campodónico. Acreedor de  “boarding pass” para marchar desde Julio pasado, se ha pasado cinco meses en sala de embarque, todo hace indicar que ahora si abordará vuelo, el destino aún es desconocido, las apuestas corren, desde los que dicen que volvería a dupletear como columnista crítico de la carestía del precio de los combustibles, en el diario La República y su cátedra en la facultad de Economía de la decana de América, la Universidad de San Marcos. Otros lo ven con premio consuelo, con una canonjía en alguna sede diplomática, donde pueda comentar “ad finitum” la incorrección política del Consenso de Washington, que no tuvo tiempo de acordarse cuando estuvo al frente de la petrolera estatal.

La salida de Campodónico indudablemente ocurre por la ineficacia absoluta en el manejo de los múltiples anuncios que pontificó: gasoducto sur, siendo corifeo de la brasileña Odebetch, mientras el gobierno iba en ruta divergente; balón de gas licuado de petróleo rebajado en una minucia a través de la empresa que presidía, mientras el Ejecutivo creaba el Fondo de Inclusión Social Energético (FISE), de gran  impacto reductor en el precio; acuerdos con la venezolana PDVSA, que quedaron para la foto y la cereza en el chantilly, la cacareada Modernización de Refinería de Talara, que con sus 3,400 millones de dólares de inversión, no tiene viabilidad económica alguna.

El relevo en Petroperú es más complejo de lo pensado, se requiere acuerdo motivado de la Junta General de Accionistas, que por supuesto desde el punto de vista de gestión es más que obvio. Pero  así como van las cosas se demorará unos días más, tiempo durante el cual lo que debería suceder es que no se tome ninguna decisión trascendente de directorio, que vaya a empañar la futura gestión. Hay rumores muy fuertes que hay información sobre viajes no apropiados del nominado a salir y algunos de sus directores, que significarían un verdadero destape periodístico. Eso lo sabrán aquellos que corren el rumor, el tiempo lo dirá. Lo importante será que ocurrirá con la empresa y su proyecto símbolo, salidas las hay, pero se requiere imaginación y realismo en el terreno económico y financiero, que serán tema de los próximos días, entre espumantes, para champagne no da; panetones y chocolate caliente.