Hugo Chávez, personaje trágico

En su accionar y devenir, Hugo Chávez Frías parece un personaje Shakesperiano. Es el carácter de una tragedia que presenta a un hombre tan obsesionado con el poder, que lucha hasta el desgaste de sus fuerzas por asirse a él.

Cuando parece haber triunfado y vence el último obstáculo que le impedía llevar adelante su sueño, la trama da un golpe de timón y el protagonista enfrenta el fracaso.

Los griegos asumían que este giro era producto del destino, y por tanto inevitable. Para Shakespeare,  el héroe trágico -consciente o inconscientemente- ha venido labrando su destino, cavando su fosa, construyendo su fracaso sobre el pilar de una falla de su carácter.

Romeo y Julieta son víctimas del atolondramiento juvenil; Hamlet sucumbe ante la duda y la vacilación; Otelo es presa de los celos; Macbeth se deja llevar por la ambición y Ricardo III es vencido por su propia falta de piedad.

El Comandante Presidente sabía estaba enfermo, pero deseaba mantenerse en el poder. Quizás por el personalista deseo de tener poder y ya, o quizás por el filantrópico propósito de ayudar al país.

Sin importar su motivo, el "Bolívar éste" pretendió hacerse de un nuevo periodo como Presidente, que lo llevarían a estar 20 años continuos en el poder. Desechó el consejo médico, la súplica familiar, el llamado de la razón y se lanzó a una campaña desgastante que le obligaba a hacer largas pausas (¿para recuperarse?).

Tenía enfrente un contendor de cuidado -joven y vigoroso- que recorría el país a un ritmo frenético y fue puliendo su discurso. La dinámica le obligaba a juntar fuerzas, administrar las energías, exigirse más.

El 7-O llegaría su victoria. Su carisma y su maquinaría le brindaron una amplia ventaja (11%) sobre su contendor, pero el tiempo y los excesos venían haciendo mella en su cuerpo.

Llegó Diciembre y a pocas semanas de su coronación, el destino le cobra afectando su salud, obligándole a nombrar un sucesor y someterse a más tratamientos.

El fin de esta historia no está escrito, pero parece muy probable -a juzgar por las palabras del mismo Chávez- que podría terminar trágicamente. El comandante habrá triunfado, pero será costosa su victoria. Sin quitar que además podría ser pírrica, ante la imposibilidad de garantizar el cumplimiento de su fin último: instaurar el socialismo en Venezuela.