Peña, el Hombre del Año 2012 [Peña Nieto]

El hombre del año 2012 en México es Enrique Peña Nieto. Nadie le hace sombra. Fue, desde el punto de vista informativo, el eje alrededor de lo cual ocurrió lo demás. Su influencia en los contenidos de los medios no tiene rival. Su triunfo en la elección presidencial de julio, derrotando a López Obrador por tres millones de votos y a Josefina Vázquez Mota por siete millones, logró lo que hace seis años parecía imposible: el regreso del PRI a Los Pinos.

En el 2006 el tricolor quedó en un lejano tercer lugar. Varios de los analistas políticos más conocidos lo dieron por muerto, pensando que el país se encaminaba hacia un bipartidismo PRD-PAN. Se equivocaron. El tricolor es otra vez la primera fuerza política del país. Hay un aspecto que nadie puede soslayar: el PRI ganó la elección desde la oposición, con lo que la alternancia adquirió un nivel estelar no visto antes. Peña se lleva la nominación de punta a punta, de enero a diciembre, pues desde que arrancó este año todas las miradas estaban puestas sobre el ex gobernador del Estado de México. Fue el personaje del que más se habló. El más reconocido y también el más criticado.

En enero de este año sus adversarios, que son legión, se frotaban las manos imaginando que el tropezón de Peña en la Feria del Libro de Guadalajara sería el principio del fin de su ascendente carrera. Termina el año, ya como Presidente, con un inicio de gestión que ha superado las expectativas más optimistas. Le lanzaron hace doce meses toda clase de epítetos. Incluso figuras como Carlos Fuentes, que solía dar opiniones políticas con tino, dijeron barbaridades de alto calibre. Peña se repuso a ese error, pudo sortear al grave desafío del movimiento 132, salió avante en debates presidenciales, ganó la elección y arrancó una gestión con cambios estructurales históricos.

El despegue.—La voluntad de poder de Enrique Peña y su primer equipo quedó demostrada con la forma en que manejó su propia sucesión en el Estado de México, momento crucial en su avance hacia la victoria en las elecciones presidenciales de julio de este año.

No hay que olvidar que actores políticos cercanos al entonces gobernador fueron declinando uno a uno a sus aspiraciones. Hablo incluso de tipos de la talla de Luis Videgaray. Al final quedó solo el aspirante con mejores oportunidades de obtener la victoria: el doctor Eruviel Ávila, que no pertenecía al llamado Grupo Atlacomulco, que había hecho su carrera en Ecatepec, y no en Toluca, pero que le garantizaba al tricolor una victoria que a la postre resultó apabullante. Se han resistido a reconocerlo, pero Eruviel les dio una paliza tremenda a figuras como Alejandro Encinas y Luis Felipe Bravo, ambos cuadros de lujo de sus respectivos partidos. Me parece que en ese lance quedó a la vista la seriedad con la que ese grupo político, el del Edomex, estaba tomando las cosas de cara a la sucesión, con la voluntad férrea de no dejar ningún cabo suelto.

Su ascenso al poder no fue un día de campo, pero su campaña fue la mejor de todas. Pasó el larguísimo periodo de entretiempo, entre el primer día de julio y el último de diciembre, en un decoroso segundo plano. Sus giras internacionales salieron bien, sus reiterados encuentros con Calderón impidieron sobresaltos en la transición y, lo que corona todo lo anterior, arrancó su presidencia con el pie derecho, desde la designación de su gabinete hasta la aprobación de la reforma educativa.

Comienza el 2013 en un carril diferente. Ya no es el aspirante que tropezó en la FIL, sino el Presidente que pisa fuerte. Desde luego le espera un año muy complicado. La violencia homicida de las bandas del crimen organizado se ha alebrestado y el año que entra habrá elecciones locales en la mitad del país, una de ellas la de Baja California, para gobernador, que podrán a prueba al PRI y su inercia ganadora. Pero, citando al clásico, ésa será otra historia. Este 2012 se queda con el título de “Hombre del Año” (Con información del diario La Crónica de Hoy).