Balance de fin de año

Al término del presente año la ocasión se hace propicia para destacar las acciones y omisiones más importantes del Gobierno, como parte de un balance que nos permita ver lo que está pendiente en temas de gobierno, dentro de un contexto en el que se hace imprescindible mantener el rumbo para garantizar la estabilidad económica y política del país.

El hecho más importante a destacar es la clara definición del presidente y su gobierno a favor del sostenimiento del modelo económico y del rumbo acertado que caracteriza a nuestra economía hace más de una década, lo que le ha valido el reconocimiento internacional. El Gobierno ha logrado homogenizar su equipo y ha reforzado la confianza generada en los agentes económicos gravitantes con respecto a las perspectivas de inversión.

También hay que reconocer en el Gobierno sus esfuerzos por aplicar políticas sociales a favor de los más pobres, además de sus propuestas redistributivas, cuyos resultados aún están por verse. Asimismo, hay que destacar la decisión del Gobierno en darle continuidad a nuestra política exterior, manteniendo nuestros cuadros diplomáticos, que siguen mostrando un alto profesionalismo, tal como se ha podido comprobar en las recientes audiencias de La Haya.

Estos hechos pueden explicar el alto nivel de aprobación con que termina el año la gestión del presidente Humala, a pesar de los problemas pendientes de solución en temas de gestión y las amenazas generadas por el fenómeno subversivo.

En efecto, hacia delante quedan pendientes importantes puntos de agenda que han de atenderse sin demora para garantizar la consolidación del rumbo que el país está siguiendo. Si el Gobierno pretende hacer transformaciones importantes para el desarrollo del país, ya va perdiendo tiempo para anunciar las necesarias políticas de reforma del Estado, así como los lineamientos generales de políticas de desarrollo para los próximos años.

Nuestro país requiere que se completen las reformas de segunda generación aunadas a la eficiencia de gestión pública, que garantice el cumplimiento de planes y metas y evite el actual desperdicio de recursos económicos. Esto tiene que ver con modernidad e institucionalización.

Por último, el punto débil y deficitario del Gobierno se revela en el tema de la seguridad y la lucha antisubversiva, donde hasta la fecha deja mucho que desear por su ineficiencia e inoperancia, lo que esperamos sea revertido sin más pérdida de tiempo.

Nota publicada en larazon.pe