¿Cuántos chavistas no-comunistas hay?

Ese título es una pregunta clave para nuestro futuro. ¿Qué rumbo ideológico tomará el grueso de sus seguidores, una vez que Chávez "se nos vaya"? Porque si este comunismo se mantiene, Venezuela se destruiría. Porque, ¡¡en el mejor de los casos!! el país seguiría dramáticamente escindido en dos mitades irreconciliables. Con una de ellas atrapada por una ideología anacrónica y oscurantista. Seríamos, simplemente, una sociedad cómica. Porque el comunismo es eso: una ideología cómica. Porque Marx fue un Ideólogo Zonzo. Y lo digo con conocimiento de causa y con plena responsabilidad; con la certeza que da el haber perdido 10 años de mi vida estudiando sus tonterías.

Porque la esencia del marxismo fueron dos tesis que compiten a ver cuál de las dos es más idiota. La Primera es la Teoría del Valor Trabajo: Que el valor de una mercancía -en una Economía Capitalista- depende ¡¡exclusivamente!! de la cantidad de trabajo que ella haya recibido; una pistolada heroica para consumo de retardados mentales. Y la segunda tesis: que la eliminación de la Propiedad Privada puede tener algún sentido. Es decir, que la Propiedad Colectiva es algo que de verdad puede funcionar como mecanismo político. Una tesis risible que ilusionó a la izquierda por más de 100 años.

Pero tenemos la firme convicción de que el grueso de las fuerzas chavistas "ya lo saben todo", ya se han enterado de la inmensa estafa que es el comunismo y en cuanto Chávez salga de la escena lo declararan muerto... al comunismo, digo. Ni a Diosdado, Vielma Mora, Arias Cárdenas, Ameliach o Luisa Estela Morales -por mencionar solo algunos- se les ocurrirá reivindicar un Proyecto de Sociedad absolutamente zonzo. Pero ¿y entonces? ¿Qué ideología asumirán? ¿Podrán escapar del tremedal de las languidecientes doctrinas tradicionales: Socialdemocracia, Socialcristianismo y Socialismo Democrático? Eso que las fuerzas políticas agrupadas en la MUD aún no descubren: la Quiebra Radical de dichas ideologías, ¡¡todas decimonónicas!!

Y lo realmente importante: ¿tendrán estas fuerzas chavistas, que vienen de lo más profundo del siglo XIX, que se comieron completo el cuento de que con estos seres humanos atrasaditos, primitivos y carentes de fundamentos morales -que somos todos, chavistas o no- se podría hacer una revolución? ¿Creerán ellos todavía, de verdad, que las revoluciones existen? ¿O podrán asumir lo que hoy se exige en el plano ideológico: una doctrina política que incorpore la dimensión ética en la concepción de Lo Humano? Una que conecte la Moral con la Ideología. ¿Entenderán la crisis profunda que vive la noción de Lo Humano, derivada (dicha crisis) del hecho de que la civilización occidental -en sus 2.500 años- no ha logrado acceder a la dimensión moral del hombre? Y, finalmente, ¿podrán asumir que solo si esa dimensión se desarrolla, tendremos alguna remota posibilidad de enfrentar la profunda crisis de valores que vive la Humanidad?

¿Podrán los chavistas no-comunistas enfrentar el problema último que subyace a todo esto: la necesidad de entender que toda esa crisis mundial que aparece en la superficie más externa como un problema político, económico, ideológico, etc., es en realidad una crisis espiritual, una quiebra radical de todas las ilusiones que -en el siglo XVIII- nos sembró la Ilustración; la creencia según la cual la Ciencia y la Educación, podrían proporcionarle una salida a la Humanidad? Toda esa ofensiva atea que dejó de lado a nuestra única posibilidad de encontrarle una salida a los problemas políticos: el desarrollo espiritual.