Deseos de Año Nuevo

Quisiera que algunos sucesos ocurran a lo largo de este año. Es posible que no se obtengan de un modo absoluto, como se construye un edificio y se usa de inmediato. Ellos implican procesos y por tanto verlos concretados seguramente requiere algo más de este año. Pero que vayan ocurriendo: de eso se trata.

En lo nacional, me gustaría que el tratamiento de los llamados CONFLICTOS SOCIALES sea abordado de una forma más integral, coordinada y comprometida por quienes tengan que ver, en cada caso. La presencia de Vladimiro Huaroc en la Oficina de Diálogo y Sostenibilidad de la PCM es una garantía, por toda su experiencia e idoneidad, pero debe asegurarse el respaldo de los gobiernos regionales, además de las autoridades y organizaciones. Y luego, lo más importante tal vez, el compromiso de las empresas, especialmente aquellas que buscan ahorros (¿?) en los estudios de impacto ambiental e impacto social de sus proyectos, creyendo que luego cualquier protesta justa será desoída por el Estado o castigada si fuera violenta. Así no. La Responsabilidad Social Empresarial es un compromiso cuasi obligatorio. Se supone que no es vano el Pacto Mundial de la ONU que el prestigioso Kofi Annan alentó y demandó desde 1999.

Aunque tengo severas dudas, sería ideal que NO HUBIERA HUELGA DE PROFESORES en este año. Ya bastante maltrato han recibido nuestros estudiantes el año anterior y aunque aún no conocemos el impacto de las continuas interrupciones académicas, pronto lo sabremos, ojalá sin maquillajes. Mucho dependerá –creo- del involucramiento que los presidentes regionales tengan en los procesos educativos. Los esfuerzos que sobre la educación se haga son “ingratos” desde el punto de vista político (en su concepto más pedestre), porque –con excepción de la construcción de edificios escolares- todo lo demás pronto se olvida o simplemente arroja resultados varios años después, cuando nadie sepa recordar quién era el gobernante regional que hizo tal o cual esfuerzo. Más complicado es el caso de los Ministros de Educación, de quienes se hace memoria por sus aciertos cuando seguramente ya están muertos.

Otro asunto muy concreto debiera también ocurrir en educación. No sólo el “buen inicio del año escolar” (que esta vez necesita mostrar metas alcanzadas) sino la AMPLIACIÓN DE LA JORNADA de trabajo escolar. Algún esfuerzo especial debiera realizarse, tal vez en los llamados “colegios emblemáticos” por la modernidad de su infraestructura, para suprimir el doble turno diario y experimentar una jornada larga. Sería ocasión también para aplicar los voceados propósitos de la nueva ley de la reforma magisterial, con profesores abocados a un proyecto educativo institucional con propósitos de excelencia con buenos soportes. Sabemos que algunas autoridades no gustan mucho de los “colegios emblemáticos” porque les recuerda gestiones anteriores, pero bien podrían olvidar eso y pensar más en los estudiantes.

En lo cotidiano y pedestre, deseo que, así como ya sabemos usar cinturones de seguridad en los autos y respetamos en algo a semáforos, debiéramos APRENDER A RESPETAR OTRAS SEÑALES DE TRÁNSITO. Me explico: hay avenidas amplias que prohiben voltear a la izquierda (con letreros visibles) pero se voltea en las narices de los policías que alegan “no ser de tránsito”. O avanzar por un carril no autorizado y luego “meter el carro” para adelantar a los ingenuos conductores que cumplen las reglas. O que los taxis se paren donde les dé la gana porque hay pasajeros que los solicitan donde a ellos también les da la gana. Y en nada se diferencian los taxistas que te responden “estoy trabajando, pe’ ” o los ostentosos anónimos conductores que capaz ni te miran desde las polarizadas lunas de sus invencibles 4 x 4. ¡Oh My God!