Chávez: Mucho mejor, pero en serio peligro [Venezuela]

De tanto ocultar los pormenores de su enfermedad, Hugo Chávez ha logrado exactamente lo contrario. Su cáncer entra al segundo año como una de las noticias más ventiladas en el mundo entero, y esto en buena medida debido a la ausencia de detalles concretos.

Tanto secretismo acicateó la curiosidad de la gente, y la imaginación de sus enemigos. Su enfermedad ha sido declarada terminal a días de plazo, una inoculación de la CIA, o una superchería del propio Chávez, según el caso. Esta columna se precipitó a hablar de su muerte ya en marzo del año pasado.

A falta de versiones oficiales, su entorno de aplicados segundos, que se ven cada vez más nerviosos, ha elevado la desinformación del público a la condición de un arte. Expresiones como leve mejoría, buenos resultados o exitosa intervención se fueron turnando a lo largo del año. Ahora tenemos no exento de peligros y estado delicado como los eufemismos del momento.

Lo que puede dar una pizca de verosimilitud a ese lenguaje elíptico es que en efecto Chávez ya ha sido declarado curado, condenado o muerto varias veces. Incluso volvió del quirófano cubano para ganar una elección, no lo olvidemos. No es descartable que reaparezca en unos días reencauchado para un gran final de película.

Pero cada vez más hay la sensación de que los circunloquios ya no son clínicos sino directamente políticos. El canciller-delfín Nicolás Maduro está especializado en buenas noticias, pedir paciencia al pueblo, y denunciar a los conspiradores divisionistas. Le han entregado el cetro, mas no está tan seguro de poder llevárselo a casa.

En verdad, luego de cuatro operaciones, tres rebotes, varias emergencias, y un discurso cada vez más religioso, son pocos los que imaginan a Chávez volviendo a gobernar. Aunque sí podría tener todavía algo que decir en las primeras salvas de una guerra por la sucesión. No sería el primero que lanza una conflagración desde su lecho de muerte.

Los bandos actuales del chavismo son más o menos conocidos, como es sabida la intensa necesidad que tiene el régimen cubano de que gane el bando más dispuesto a mantener el subsidio a la isla. La presencia de un actor extranjero tan importante y eficaz le puede dar un sesgo particularmente violento, y obviamente transnacional, a la lucha por el poder en territorio bolivariano.

Además, una cosa es la pugna por la sucesión con Chávez vivo, aun si agónico, y otra muy distinta con Chávez muerto. Pero las declaraciones de Maduro, Diosdado Cabello y demás jerarcas chavistas ya dan pan que rebanar a los malpensados. El asunto, como ha sucedido en otros países, es quién se queda, simbólica y hasta físicamente, con el cadáver (Con información del diario La República).