Lo mejor de 2012: el Arca perdida en Uruguay

Lo mejor de 2012: el Arca perdida en Uruguay

Es fácil descartar todo misterio y ceñirse a una historia oficial redondita y secular. Moroy nos trae documentos que no prueban nada (hasta ahora), pero hacen un poco imprudente sostener que Solís no murió y está enterrado en Uruguay y que un sacerdote jesuita ocultó un arca que contiene un tesoro … al menos documental. ¿Quién te impide documentarte a fondo en los links que se suministran, conseguirte algún aparato y salir en buscade una quimera. ¿Seguro que es una quimera?

Las historias que rodean a los “tesoros ” suelen ser tenebrosas, tapizadas de leyendas y rodeadas de coincidencias que desafían la imaginación Si usted se siente el Indiana Jones local, en la búsqueda del arca perdida, le damos algunas pistas como para que vaya alimentado la sed de encontrar algo y de paso ir conociendo algunas historias que pudieron ser ciertas, pero que el tiempo transformo  convirtió en leyendas Mi consejo no es ir con las manos vacías, al menos un detector de metales necesitara, no obstante si pudiera conseguir un Georadar (radar de penetración), se le abriría un mundo nuevo, para estas y otras búsquedas (abajo link de referencia)  El supuesto túnel en la fortaleza de Santa Teresa dejaría o no de ser, una leyenda, la tumba de Solís mencionada por el padre Lucas C. Marton en las proximidades del Bno. Araminda, en la cúspide del “Cono”  podria confirmarse o descartarse en horas, debido a que este aparato (Geo-radar) confirma o no, si se removieron las capas geológicas del suelo a distintas profundidades (varios metros), no
importa cuando. El supuesto asentamiento del padre Lucas Marton y su esposa Maymboré en 1790 en las proximidades del puente ferroviario en Las Toscas, asumiendo que eligieron el sitio mas alto y próximo al arroyo  para instalarse y que este se encuentra antes de cruzar,
yendo de Montevideo, en las cercanías de la estación Parque del Plata, seria otro sitio para hurgar.

El Arca secreta del Padre Lucas C Morton seria un cofre de madera del siglo XVIII que perteneció al ex jesuita de origen irlandés Lucas Marton, quien supuestamente llego a Montevideo en 1734 y contendría documentos “incunables” de la región Se la describe como una hermosa arca de raras maderas repujada en incrustaciones y herrajes de fina plata; trabajo hecho por los artistas de Nazareno y regalada al Paitayú (Padre Viejo), nombre en guaraní dado a Marton al cumplir sus ochenta años”, en ella , guardó papeles, libros y milenarios documentos”. “Los artistas de Nazareno” fueron
guaraníes pertenecientes a la aldea nativa de dicho nombre. En cuanto a los “papeles” de referencia, son apuntes sobre botánica, hierbas indígenas y otros temas relacionados a la medicina nativa. “Los libros”, serian dos tomos manuscritos de grandes dimensiones y voluminosos; uno de ellos, llevaria por título “Yumaraneí”, pronunciación española del término guaraní Yvy’maranae’i , y el segundo tiendria estampado en oro sobre su cubierta de cuero el título de “El Rav”. El celo con que Marton protegió los documentos, aún a costa de abandonar su tierra natal, convertirse en misionero religioso, e internarse en la selva con ellos, rodeó a los manuscritos primero, y luego, al baúl que los contuvo, de un misterio casi legendario.