El mes de diciembre se concretó en la mayor parte del país lo que había pronosticado el propio Comandante Presidente: El triunfo contundente de los candidatos socialistas a gobernadores. En 20 de los 23 estados nuestros aspirantes recibieron el apoyo mayoritario de la población. Fue en todos los casos, una batalla política de gran envergadura, dada en condiciones de entrega y abnegación por los cuadros del PSUV y del Gran Polo Patriótico.
Análisis de distintos signos, en Venezuela y en el exterior, intentan dar cuenta de lo ocurrido. Algunos tratando de explicar porqué fallaron los pronósticos previos. Especialmente en el caso de gobernaciones como Zulia, Carabobo y Táchira, considerados baluartes inexpugnables de la oposición, los análisis "expertos" de la derecha sufrieron sus más ruidosos fracasos. Me permito una explicación de los resultados del Zulia, como una contribución personal a este debate. Como una moneda tiene 2 caras. Desde nuestro lado, una consecuencia del trabajo constante, la dedicación diaria, la unidad y la uniformidad del esfuerzo de los organismos nacionales para dar respuesta. Los derrotados hicieron su parte: el abandono de la responsabilidad de gestión, el gasto exagerado en propaganda sin el sustento de la obra necesaria, el clientelismo como manera de conservar los espacios y la guerra sucia como único argumento. Así de sencillo y simple fue la batalla del Zulia.
Ahora tenemos la responsabilidad inmensa de dar seguridad y tranquilidad a los zulianos. El compromiso central es seguridad y respuesta efectiva a los ciudadanos para no repetir la razón de los fracasos de la derecha. Para hacer realidad la promesa de construir vida digna para todos los zulianos y zulianas.