A pesar de la diabólica imagen que Irán pretende dar del Estado de Israel, difundiendo noticias distorsionadas, en especial a través de los medios estatales Press TV en inglés e Hispan TV en español, la realidad nos muestra una cara muy distinta.
A fines de 2012 vimos dos hechos categóricos. El primero se refiere a la actitud de la sociedad israelí. Los resultados de encuestas realizadas por organismos académicos coinciden en que, entre los votantes de la derecha se refleja un apoyo mayoritario a la solución de dos Estados en base a las fronteras de 1967, con intercambios territoriales, que incluye la partición de Jerusalén.
Sobre la Ciudad Santa, se plantea que los barrios judíos queden bajo soberanía israelí y los árabes bajo soberanía palestina. La ciudad vieja sin potestad soberana y administración conjunta israelí-palestina, que podría incluir a la ONU.
El segundo evento ocurrió en un encuentro de Shimon Peres con líderes cristianos, en el cual afirmó: "Nosotros estamos dispuestos a hablar con Hamás; pero ellos no están dispuestos a hablar con nosotros". Explicó que de modo mínimo, para "un diálogo, Hamás debe aceptar las condiciones del cuarteto (EEUU, Rusia, ONU y la Unión Europea) que abarcan el cese del terrorismo, el reconocimiento de Israel y la aceptación de todos los acuerdos previos firmados por el Estado judío y la autoridad palestina... No nos produce ninguna satisfacción ver que los ciudadanos de Gaza sufren. Si ellos no nos disparan; nadie les disparará".
Por lo visto, pese a la propaganda malintencionada de Irán, la ciudadanía israelí y sus autoridades demuestran que están preparados para reiniciar las negociaciones, que por más difíciles y complicadas, logren una solución definitiva.