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REDES SOCIALES
Miércoles 09 de enero 2013

Los nervios de la transición

Por: Dámaso Jiménez.
Los nervios de la transición
Foto: Referencial

Es cierto que los venezolanos estamos cansados de tantas mentiras, salvajismos y manipulaciones en esta larga peregrinación que llevamos recorriendo en las últimas 2 décadas para reencontrar nuestro país, pero eso no parece importarle a nadie por ahora, o por lo menos es lo que demuestra el tono con el que los "escogidos" se dirigen con desprecio a todo aquello que no se incline a la nueva religión que está a punto de nacer.

Ser mayoría aparente no debería dar pie a irrespetar la Constitución así como las reglas de convivencia, y mucho menos perseguir las notables minorías que cuentan con derechos propios como cualquier otro venezolano, inclusive  para disentir la imposición de nuevas normas sin consulta. Pero estamos en el país al revés y aquí por el contrario se le aplica desvergonzadamente la persecución laboral, el encarcelamiento sin delito,  la violencia premeditada, toda clase  de injusticias, expropiaciones, un atropello constante que evita el crecimiento profesional propio y de sus familiares, el despojo de todas sus garantías y el desprecio público a quienes no bajen la cabeza.

Por supuesto que cada día hay menos derechos pero no te quejes, al menos contamos con información veraz. El vicepresidente Maduro se jactó recientemente de la cantidad de cadenas realizadas en una semana para brindar al pueblo venezolano diferentes partes médicos en relación a la salud del presidente Chávez, pero no es menos cierto que ningún médico participó en los 27 comunicados que dan cuenta sobre la realidad clínica del jefe de Estado que fue reelecto el pasado 7 de octubre y que debe tomar posesión únicamente el próximo 10 de enero ante la nueva directiva de la Asamblea Nacional.

Ahora resulta que también está prohibido pedir información sobre el estado de salud del Presidente secuestrado en La Habana o prestar atención a los rumores vía redes sociales, seguir a Lucio, Bocaranda o Marquina y hacer comentarios en este gigantesco corral en el que nos encontramos atrapados a la espera que un puñado de capataces de origen militar decidan el destino de todo un país de sumisas criaturas pegadas a la pantalla de la tele o el celu.

Falta poco para el 10 y hoy surgen los apóstoles más cercanos a la mayor leyenda política del país a ponerse las botas del Mesías. Salen risueños en cualquiera de esas mismas pantallas por las que tanto gustan salir, para convencerse a sí mismos en vivo y directo que están exentos de aspiraciones, pero deseosos de formar parte de ese engranaje de poder con fuertes tentáculos donde gravita el centro de decisiones de esta delicada situación que enfrenta el gobierno venezolano.  A estas alturas nadie tiene certeza sobre quién manda aquí.

Maduro es el escogido, pero Cabello quiere ser el próximo Presidente, y no presta atención a todo aquello que lo delata. Adán Chávez reelecto en las regionales de diciembre como gobernador de Barinas también emprendió viaje a la capital de los nuevos pactos y dónde se vienen llevando a cabo las decisiones y las reparticiones que valen la pena, mientras el país vuela sin piloto hacia la incertidumbre y no se sabe cómo será el aterrizaje ¡Dios mío! ¿Será que todo se revelará el 10 de enero?

Bueno si Maduro o Cabello son, lo más idóneo es que lo hagan por la vía legal, pero es difícil creer que Cabello deje de utilizar los subterfugios a los que está acostumbrado y pueda deslastrarse de su poderoso blindaje político para arremeter y amenazar a quienes no pertenezcamos a su "aburguesada" organización bolchevique.

Los últimos días que anteceden al tan mentado Apocalipsis del 10 de enero de 2013, han estado llenos de palabras altisonantes cargadas de odio entre una cúpula chavista reunida en la Cuba de los Castro y contadas figuras de la oposición que han salido a la tan tiroteada palestra pública para exigir al menos la publicación de un diagnóstico médico veraz sobre la verdadera situación del Presidente.

La Constitución dicta que si se declarara la falta absoluta del Presidente se deben celebrar nuevas elecciones en 30 días. Si Chávez se presenta, se presentó, pero nadie sabe cómo lo hará porque nadie lo ha visto en semanas. Si Chávez no se presenta le tocará al presidente de la Asamblea Nacional asumir como encargado la presidencia de la República transitoriamente, como dice la Constitución.

Ninguno de los escenarios  lucen positivos para esta oposición, tan aldeana a la hora de enfrentar la genialidad maquiavélica de quienes realmente se apoderaron del país desde fuera poco después del paro petrolero, mucho menos ahora que la franquicia oficialista estrenó un triunfo demoledor en la batalla de diciembre sin la presencia física del Presidente, así diga lo contrario IVAD y Datanálisis.

Estamos con los nervios de última hora de toda esta extraña transición. En la pantalla de su cuenta Twitter Diosdado vuelve a zarandear: "los chavistas sabemos lo que vamos a hacer". Aveledo lo piensa, los demás uniformados de los partidos hacen mutis mientras el coro de tuiteros se lanza en miles de palabras por segundo en otra escena más de esta odisea.

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