Voceros, estrategas y temas por el sí y no de la revocatoria

César Gutiérrez Peña, autor de estas líneas

Con revocatoria en curso, lo trascendente en el día a día de cada una de las escuderías será identificar: ¿quiénes están detrás de cada campaña?, ¿quiénes serán los voceros? Y ¿qué irán a decir? Es decir el estudio del adversario, para estar prevenidos y dar una respuesta rápida, que en estos casos es vital, para la eventualidad de ser blanco de ataque que pueda afectar  a la causa de cada uno.

Por el lado de las huestes del NO, los “susanos children”, ya están visibles todos los que están y todos los que son, por supuesto que los únicos que aún están en el closet, esperando que sea así por siempre, son los financistas. El capitoste, el gaucho-carioca, de nombre artístico Luis Favre; reza su currículum de haber sido triunfador en Brasil y en Perú, en este último caso con el “humalismo”.  En la vocería estridente, el trío de jóvenes que fueron: Anel Townsend, Gustavo Guerra García y Marisa Glave.

Los argumentos de defensa, artesanalmente preparados “in house”, son dos: el primero “que Lima no se puede parar”, fácil refutarlo, pues la ciudad tres veces coronada villa, ya tiene más de un año parada. El segundo, que es una agresión de la DBA- derecha bruta y achorada-porque no gusta de la izquierda. Tema en el que pueden tener algún éxito; justamente los principales adeptos a la partida de la alcaldesa vienen de la jungla de la derecha, la que es muy mala comunicadora,  pues la pasión desborda a la razón. Se supone que con el reclutamiento del estratega importado del país de la samba el abanico del discurso puede cambiar de forma y color, porque con lo que se está mostrando, correrán solos y llegarán segundos.

Por el lado de los revocadores hay dos flancos débiles: no hay liderazgo de nivel, solo se identifica como vocero al satanizado Marco Tulio Gutiérrez. No hay discurso con racionalidad económica y de gestión que pueda ser esgrimido. La fortaleza la tienen en el nivel de insatisfacción e indignación ciudadana, por hechos como: la casi nulas obras que exhibir que pueda ser recordada en toda Lima Metropolitana, la ola que se llevó el relleno de arena en la playa de La Herradura, el muro que la fuerza de las aguas del río Rímac derribó y el alza de pasajes del servicio de ómnibus del Metropolitano. Todo esto bajo el paraguas de la estigmatización periodística de persona poca laboriosa, con el que se ha etiquetado a  la “tía regia” con el apelativo de “Lady Vaga”.

En esta escudería lo mostrado no es suficiente, las encuestas por el momento están a favor de la revocatoria, pero ante vocero único que ha sido desacreditado, sin estratega y con argumentación  trillada, la situación puede ser revertida con facilidad. Hay muchas herramientas para ser utilizadas, como muestra un botón, la responsabilidad de la Caja Metropolitana en los créditos en condiciones leoninas a los taxistas por vehículos adquiridos o por conversiones del sistema de combustión de gasolina a gas natural vehicular. Tema sensible por la cantidad de afectados que son miles, con su efecto multiplicador por el lado de familiares de los prestadores de servicios y usuarios del mismo.

Las cosas no están dichas, pero por el momento diría que van tablas, por un lado los partidarios del NO tienen mejor equipo, mientras que los promotores del SI tiene “team” mediocre, pero con mayoría ciudadana que en este momento los apoyan. Faltan cerca de dos meses, demasiado tiempo en política en un ámbito metropolitano donde cualquier cosa pueda ocurrir dependiendo como programe cada una su carrera.