Chávez la pesadilla, Ollanta, ¿qué haces?

Tal como lo mencionara en mi columna del 6 de enero pasado, la pesadilla de Chávez continúa y como lo dijimos el tema tomó varias corrientes, todas ellas perniciosas y peligrosas, ahora no solo continuamos con el dictador en un estado que no sabemos si continúa vivo o no, sino que aparte de ello se ha montado toda una farsa para que continúe gobernando sin tener la necesidad de juramentar a su cargo ni hacer acto de presencia. Todo este montaje levantado con el apoyo, por supuesto no cabía de otra manera, de los países que viven del petróleo venezolano, Nicaragua, Bolivia y Uruguay a nivel de sus presidentes (hay de ellos si no lo hacían), de algunos caribeños que no cabe mencionar (todos del consorcio que vive del petróleo venezolano) y otros como Ecuador a nivel de su canciller Patiño y su discurso socialista a ultranza. Todo esto para darle fuerza a un acto evidentemente anticonstitucional y que viola todas las reglas democráticas en las que supuestamente conviven las naciones de la región.

Ahora bien, todos nos preguntamos dónde quedo la Unasur, la OEA y todos los organismos internacionales que se supone velen porque las democracias sean protegidas en todas las formas posibles. Es decir, estamos frente a una moral de doble raso, para unos todo el peso de las leyes internacionales, para otros, "no se oye padre". La OEA, a través de su secretario general Insulza, ha dicho que si todos los poderes del Estado venezolano se manifestaron a favor, a la organización no le quedaba nada por hacer, entonces nos preguntamos, ¿y Paraguay? En dicho país se cumplieron todos los requisitos constitucionales, pero como era un gobierno de izquierda al que se revocaba se armó el escándalo presidido por todos los que actualmente se arrodillan ante su Dios agonizante porque "por la plata baila el mono". Por otro lado, se conoce que los servicios de inteligencia cubanos insertados en Venezuela se encuentran sumamente activos controlando especialmente a los militares, quienes son los que realmente tienen la fuerza y se ha conocido que se encuentra desarrollando un sentimiento de rechazo a la injerencia cubana y al evidente hecho de que todas las decisiones importantes sobre dicho país se toman en La Habana.

También nos preguntamos, ¿a qué va Ollanta a Cuba? No tenemos nada que realizar ahí, sabemos que tiene una relación personal con Chávez y una gratitud por lo que lo apoyó económicamente, pero ahora Ollanta no es una persona simple, ahora es el Presidente del Perú, y nos representa a todos. Por qué tenemos que meternos en un tema que no es el nuestro sin sopesar en todas las consecuencias que ello pueda derivar en el futuro, o como los Estados Unidos aparentemente están negociando una transición con Maduro y por eso mantienen un silencio aprobatorio y solo mencionan que esperan que se respete la legalidad, no se quiere quedar atrás y negociara con los cubanos. Ollanta llega después de Cristina. Nos preguntamos, ¿a desconectar al paciente? Y acompañar sus restos a Caracas (Con información del diario Correo).