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Lunes 14 de enero 2013

Fe en Venezuela vs fantasma de la miseria

Por: Isaías Elías Blanco.
Fe en Venezuela vs fantasma de la miseria
Foto: Referencial

La generación comprendida entre los 15 y 30 años de edad no ha caído en cuenta que heredó un país dividido, infectado por el resentimiento, hipotecado de promesas inconclusas, distante de valores cívicos, apático a la fe en coterráneos y amenazado por el fantasma de la miseria del alma.

La dinámica ajetreada combinada con el instinto de supervivencia en un ecosistema adverso bloquea la detección de los "agentes" cotidianos que poco a poco destruyen el rastro del venezolano alegre y emprendedor, y lo obligan a convertirse en un ciudadano atemorizado por su vida, paranoico con el entorno, resentido con gobernantes e incapaz de actuar para romper un ciclo negativo.

Solo basta sensibilizar los sentidos al salir de casa y evaluar sin prejuicios el entorno para asimilar que el ambiente nacional coleriza a la población, impulsa la discriminación por cualquier excusa, estimula la pelea, reduce la tolerancia, obliga a la resignación, y lo peor de todo, hace que los ciudadanos se conformen sin esperar algo mejor.

Precisamente esa sensación de conformismo es la que aprovecha el "fantasma de la miseria", descrito por filósofos orientales como el ente que entorpece la riqueza y evolución del espíritu, para nublar la luz divina que emana del universo e instaurar un caos desventurado de aspiraciones, indiferente a la prosperidad, insípido de alegría, limosnero de ayuda, descuidado de apariencia, víctima de la ruina y tramposo-vividor del vecino.

Si bien las condiciones políticas y sociales de la modernidad venezolana dificultan la sensibilidad holística, la juventud debe cultivar el camino de la elevación de la esencia una vez que asimile que las almas poseen una milésima parte del poder de Dios capaz de vencer obstáculos, alegrar el entorno, ayudar al prójimo, luchar por la verdad-justicia y conseguir innumerables milagros que evolucionan a la humanidad.

Los jóvenes deben reaccionar ante la geometría universal del poder de la mente y labrar energías positivas en su interior para ser capaces de catalizar la expulsión de "la miseria" a través de la oración-plegaria por protección celestial, fe en Venezuela, ayuda desinteresada al prójimo, fortalecimiento de valores morales en las familias, colaborar con la limpieza de la ciudad, optimización de recursos, blindaje del espíritu ante bajas pasiones, práctica del perdón, tolerancia frente a quienes piensan diferente y lucha por concretar sueños-aspiraciones personales.

Es importante distinguir que no se trata de paralizar la juventud, llevar una vida de vejez prematura o hallarse en el fanatismo del Apocalipsis, ¡para nada!, más bien lo que demanda el país es conciencia en que las acciones guiadas por el corazón son las que marcan la diferencia; además de requerir fe, oración y apoyo mancomunado para combatir la maldad sigilosa que cobra la vida de decenas cada fin de semana.

Resultaría fatal para el futuro de Venezuela que las nuevas generaciones se den por vencidas, renuncien a su tierra y busquen nuevos caminos porque el país quedaría en manos de entidades que no dudarán en sacrificar las riquezas de una tierra bendecida por Dios en manos de propósitos egoístas obsesionados con el control social e instauración de un sistema condenado al fracaso.

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