Keiko en su hora cero

La última encuesta de CPI otorga a Keiko Fujimori la primera opción de cara a los comicios del 2016. Con 22.5% de los votos urbano-nacionales, la lideresa de Fuerza Popular parece haber sabido mantener el núcleo duro de la votación fujimorista, que no se ha visto mermado a pesar de las evidentes diferencias al interior de su agrupación.

Pero, no obstante que es aún temprano para ensayar pronósticos electorales, no lo es tanto para intentar un ejercicio de análisis acerca de las posibilidades de un triunfo electoral fujimorista. Potenciales oponentes con experiencia de gobierno directa o indirecta como Alan García, Pedro Pablo Kuzcynski, Alejandro Toledo o –difícil descartarlo– Nadine Heredia, hacen más interesante la aproximación.

Para ser presidente un candidato debe conjugar con éxito, entre otros, tres factores indispensables: su propio carisma personal, su sistema de alianzas (abarcando distintos sectores sociales) y, principalmente, la construcción de un relato orientado a desarrollar promesas de cambio. Toledo, García y Humala, lo entendieron así y lograron instalar, con meses y hasta años de anticipación, un andamiaje discursivo que proponía la necesidad de renovar o modificar la estructura política y económica nacional (recuérdese, por ejemplo, el “cambio responsable” aprista).

En el caso de Keiko, la ecuación no es muy sencilla. Si bien sus niveles de aceptación recaen en los dos primeros factores, es el tercero el que los estrategas de Fuerza Popular deberían atender. Es cierto que el fujimorismo ha logrado recomponer su imagen respecto al autoritarismo de los 90 y hoy pocos ponen en duda su vocación democrática, pero ello no es suficiente de cara a un electorado que, como el peruano, exige nuevas formas de encarar la política.

¿Sabrá Keiko interpretar el escenario electoral que se avecina? ¿Estará ella misma en capacidad de anticiparse a la construcción de candidaturas igual de potentes que la suya? ¿Tendrá la sabiduría para elevar sus niveles de credibilidad frente a la impronta política marcada por su padre que, para bien o para mal, aún arrastra? En su hora cero, solo el tiempo lo dirá.

Nota publicada en larazon.pe