Un grupo de trabajadores de Essalud interrumpió la misa que ofrecía el cardenal Juan Luis Cipriani mostrando carteles alusivos a los despidos masivos.
“Le pedimos que interceda por nosotros para que cese la explotación del hombre por el hombre”, exclamaban los manifestantes.
Acto seguido, Cipriani respondió: "Esta es la casa de Dios, no una plaza de protestas”.
Esto provocó que miembros de la Policía Nacional les arrebataran los carteles que portaban desatándose un enfrentamiento.
El objetivo de los manifestantes era demandar la eliminación de los services y los contratos temporales en esta institución.