Lance Armstrong, el máximo héroe del ciclismo mundial, ha confesado sus graves ilícitos y sus mentiras. Su encumbramiento ha terminado en una caída fatal, que lo convierte en el mayor fiasco del deporte mundial. El otrora campeón de 7 vueltas a Francia entre 1999 y 2005, que venció al cáncer y creó una exitosa fundación para luchar contra esa enfermedad, terminó confesando el uso de sustancias y métodos prohibidos, luego de siete años de negación de las acusaciones de dopaje.
Los venezolanos soñamos con el día en que el grupo en el poder desde 1999, liderado por el Tte. Coronel (r) Chávez, confiese que su larga estadía en el poder ha sido posible gracias a graves violaciones a la Constitución Nacional, y al engaño y la mentira. Aunque la enumeración seria larguísima, mencionemos algunas de las violaciones que han sido denunciadas públicamente y negadas por el grupo gobernante. La primera fue la derrota del referéndum revocatorio en 2004. El "neutral" presidente del Consejo Nacional Electoral realizó todas las maniobras necesarias para retardar el referéndum y asegurar la derrota de la oposición, luego salió del CNE para ser Vicepresidente de la República y continuar su fiel carrera al Tte. Coronel. La segunda violación abierta a la Carta Magna fue la realización de un segundo referéndum para la misma materia, en este caso la reelección presidencial indefinida, negada ya en referéndum. La tercera violación flagrante al ordenamiento jurídico es la permanente utilización de las instituciones y los recursos del Estado con fines político-partidistas. Convertir a Pdvsa en rojo-rojita y, aun más, a las Fuerzas Armadas y a toda institución pública en parte del aparato político partidista del PSUV y del esfuerzo por eternizarse en el poder, está expresamente prohibido por varias leyes. Los venezolanos casi que perdimos la capacidad de asombro frente al consuetudinario uso abusivo de los dineros que pagamos por IVA o nuestro ingreso petrolero en la permanente campaña política del régimen. Y ello, sin que los otros poderes del Estado, como la Fiscalía, Contraloría General de la República, Tribunal Supremo de Justicia y, menos aun, el Consejo Nacional Electoral digan "ni pío". La cuarta barrabasada de importancia fue la modificación de la ley de los circuitos electorales, la que permitió al régimen perder las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional, pero, ¡oh sorpresa!, el grupo en el poder consiguió más diputados y, gracias a ello, aseguró la Presidencia de la Asamblea Nacional. Y abusivamente ha negado reiteradamente la Vicepresidencia del Parlamento a la oposición, lo que le corresponde por el número de diputados. La sexta violación ha sido la aprobación de leyes que contradicen el espíritu y la letra de la Carta Magna, inclusive sin la consulta popular obligada, tal como la Ley Orgánica de Educación y muchas otras, que se tratan de implementar a troche y moche afectando a la sociedad venezolana y sus instituciones.
La séptima violación a la Constitución Nacional la estamos viviendo desde el 10 de enero, con un Presidente ausente, quizás inhabilitado por razones de salud, que según el Tribunal Supremo de Justicia "no está ausente, pero está de permiso indefinido y es el propio Presidente quien decidirá hasta cuándo estará ausente", y según la mayoría prefabricada del régimen en la Asamblea Nacional y otros voceros "está gobernando". Mientras tanto, los poderes públicos secuestrados niegan la letra de la Constitución Nacional y los derechos del pueblo venezolano a la verdad, al negarse a designar una Junta Médica a fin de certificar su capacidad para asumir el cargo para el cual fue electo. A ello se suma la continuación administrativa del Vicepresidente Maduro y los ministros de un periodo presidencial a otro (¿?), la presentación del Informe de Gestión del Presidente por el Vicepresidente continuado y, para ñapa, la finalización del periodo de 7 magistrados principales (y sus suplentes) del Tribunal Supremo de Justicia, sin que la Asamblea Nacional designe a los sustitutos. La activación de los suplentes como principales es írrita. Por otra parte, el Tte. Coronel (r), como candidato en campaña presidencial, mintió sobre su estado de salud. El adelanto (obviamente truculento) de las elecciones presidenciales por parte del sumiso CNE, obedeció a que la cúpula castrochavista sabía que en Diciembre sería imposible ocultar la grave enfermedad. Ha sido un régimen acostumbrado a mentir. ¿Para qué gobernar tanto tiempo, si a pesar del poder absoluto y la inmensa masa de dinero, Venezuela está mal, y han comprometido seriamente su futuro con una deuda inmensa y un daño moral devastador?
Armstrong confesó debido a la presión por la verdad y la justicia. Los demócratas de aquí y el mundo debemos presionar en busca de la verdad de la Venezuela de hoy, a fin de obtener más confesiones como las del excoronel y exmagistrado Aponte. La historia perfecta de Armstrong era una gran mentira, la de Chávez también (Con información del diario El Universal).