Como rutero aficionado fui admirador, casi fanático de Lance Armstrong. Por mucho tiempo, a sabiendas en posaderas propias de lo cruel, duro al extremo, desagradecido e inhumano, que es este deporte que él elevaba año a año al pináculo más alto que Induraín, Lemond, Merckx, Fignon, Cochise…, me negué a creer todo lo que de él se decía. Me tragué casi ciegamente lo que juraba y rejuraba por como lo dejaba todo sobre la bici, primero, y segundo, por la convicción con que lo decía (mentía). Llegué a pensar que la animadversión en su contra era sólo producto de la envidia contra el Federer, Pelé, Schumacher, Tiger, Phelps, Guardiola del ciclismo y sus 7 toures de Francia y sus casi 25000 kms en punta …Lo idolatré al punto que mi cicla y uniformes favoritos aún son con los que corrió en el US Postal, porté el brazalete amarillo de Livestrong, devoré su libro de cómo le ganó al cáncer testicular y no me perdí transmisión del tour de France ‘coronado’ por él … Lo tuve siempre como el ‘monstruo’ del ciclismo. Qué tristeza!, ahora salió a la luz el verdadero arMOUNSTROng…. Literal, el que con alevosía y premeditación más de una década se pisoteó a sí mismo, a sus hijos, sus compañeros, a sus colegas, a sus patrocinadores, y sobre todo al Ciclismo –lo hirió de muerte- , al deporte y a los millones y millones de seguidores a quienes nos defraudó y nos tomó por idiotas mintiéndonos consciente y continuadamente por años y años.
Miré, no oí; escuché, no solo oí, petrificado su confesión forzosa frente a Oprah ShowBuz – estuvo periodísticamente demasiado ‘nice’ con el descarado quien se salvó de no tener enfrente a Bárbara Walters o a la Fallaci que sí le hubieran hecho transfusión de sangre - y el ídolo se desplomó. Tenía las llantas de barro, del polvo más bajo. No se me fue al piso, como una caída en la cicla, tanto ni siquiera por el dopaje mismo que -como él dijo era cultura extendida, mal de todos …- y que al saber por carne propia lo desgastante de este deporte podría tener cierta comprensión mas no aceptación. Lo que en verdad me aterró, y por lo que creo que ninguno de sus ‘fans’ lo perdonamos fue por su desfachatez, su desvergüenza, su sobradez, su soberbia, su falta de arrepentimiento, su dubitación ante las cámaras: cogido y descubierto seguía andando al filo de la verdad, su arrogancia y su automonstruosidad al decir que lo que más le sobrecoge es NO sentir NADA !!! (y se lo notaba)
Tengo para mí la certeza de que sigue tan anestesiado creyéndose su propia megalomentira que aún en la entrevista nos seguía mintiendo…. Con su misma frialdad de ganador obsesivo, calculador, despiadado le metió los dedos en la boca a Oprah y nuevamente nos los trató de meter a todos pues fue una POSTconfesión forzada, postiza, fingida, falsa, acomodada, calculada, pisando cáscaras de huevos.
Dado que “de qué le sirve al hombre conquistar 7 toures de Francia si le vende su alma al doping”, terminó con una frase del propio Lance que por mucho tiempo fue mi inspiración: “El dolor es temporal. Puede durar un minuto, una hora, un día o un año pero finalmente pasa y algo superior lo remplaza. Pero si me entrego, si me doy por vencido, ese dolor sí durará para siempre”… La verdad finalmente te ganó, arMOUNSTROng.
“¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?”.
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