Doce humitas eran portadoras de 3,33 kilos de heroína que estuvieron a punto de ser enviados a Estados Unidos, pero fueron incautadas en un operativo de control en encomiendas de un correo paralelo. En similares operativos se decomisaron cinco latas de atún que contenían heroína, y en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo fueron apresadas cuatro personas por transportar 18,742 kilos de cocaína que querían hacer llegar a España, Brasil y Holanda.
La semana pasada, una avioneta de procedencia mexicana apareció en Valencia, en la provincia de Los Ríos, al parecer transportaba drogas y se vio obligada a un aterrizaje forzoso por desperfectos; esta es la cuarta que se encuentra por similares razones. No sería descabellado suponer que hay más que logran concretar sin problemas su vuelo.
Son solo algunos ejemplos de que el narcotráfico extiende sus tentáculos en el país, lo cual requiere acción de inteligencia e intervención especializada y, por supuesto, un acuerdo político de que su erradicación será tomada como meta del Estado, cualquiera que sea el tinte político de quienes asuman el gobierno.