Hoy se reveló la tragedia de una mujer que murió quemada en un pueblo de Papúa Nueva Guinea.
Según información realizada por medios internacionales, la mujer, de 22 años, fue acusada de matar al hijo de una vecina con prácticas hechiceras en el pueblo de Mount Hagen. En represalia, al parecer fue torturada con un instrumento de hierro y amarrada antes de ser rociada y quemada con gasolina por familiares del joven y otros habitantes de la localidad.
Este hecho nos hace recordar la casería de brujas realizados en la Edad Media, sobre todo en la Europa moderna, lo curioso es que estos hechos todavía ocurren en la actualidad y suelen clasificarse dentro del llamado pánico moral. De forma general, el término ha llegado a denotar la persecución de un enemigo percibido (habitualmente un grupo social no conformista) de forma extremadamente sesgada e independiente de la inocencia o culpabilidad real.
A pesar de que en cierta medida lo que se sabe sobre la brujería está basado en la especulación, varios estudios han señalado que la llamada religión de la magia actualmente tiene miles de adeptos alrededor del mundo, incluida América Latina.
Sin embargo, en Papúa Nueva Guinea se suelen reportar muertes misteriosas por enfermedades de las que se culpan a brujos sospechosos. Varios informes en los últimos años han surgido acusando a personas, generalmente mujeres, de matar por medio de brujería.
Por otro lado, tras el hecho de la mujer quemanada, la embajada de EE.UU. en la capital, Port Moresby, condenó el suceso como un "asesinato brutal" que es evidencia de "omnipresente violencia de género" en Papua Nueva Guinea.