El zumbao

Al Sr. Maduro definitivamente le ha pasado lo que le sucede a todo segundón cuando lo ponen de suplente de un jefe... y es que aunque sea el candidato de los tiranos cubanos, hoy dueños de la Venezuela invadida, requiere dar muestras de que tiene algo en la bola y de allí que nunca más ha aparecido como el "Note" que nos acostumbramos a ver y si como un tipo molestísimo (para no decir el sinónimo que empieza con A) que hasta en el acto de conmemoración de los 200 años del natalicio de Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho -y que debió ser solemne-, apareció con un mono deportivo, al más impecable estilo del cagalitroso Fidel Castro, mentándole madre a todo opositor que ose respirar y diciendo, en un modo que quiere imponer y que basa en un acento híbrido, mitad conductor de guagua cubana, mitad chofer de metrobús caraqueño, que ellos -porque la mitad del país no lo siente así- son "hermanos de Cuba y así seguirá siendo por 20 siglos más y así tiene que ser, y que viva el Che, que viva Cristo. Amén".

Y déle pues a estos sigüís de la tiranía castrista con esa pavosa costumbre de estar anunciando acciones y traiciones que durarán mil años o como dijo Don Nicolás: 20 siglos, cuando pareciera que una fuerza superior y traviesa se encarga concluyentemente de mostrarles que son finitos, que son mortales... Que son tierra y en tierra habrán de convertirse ¡y se convierten!

El transmutado "Note", el del marcado parecido con el resignado Profesor Jirafales de la serie el Chavo del 8, ahora es un tipo pendenciero, un sembrador de miedos como le ha ordenado Ramiro Valdés el tenebroso "Charco de sangre", que sea. Un bravucón que se ensaña y tortura a la quinceañera Ivanna Simonovis, por aquello de que macho revolucionario que se respeta acosa inocentes mientras grita vivas al sociópata argentino que fusilaba jóvenes patriotas en Cuba.

Y aunque está zumbao, Maduro debería pensar por un momento en el terrible final de los cultores de la maldad... porque él no será la excepción.