El oficial de Inteligencia Naval de Canadá, Jeffrey Paul Delisle, fue condenado la víspera a 20 años de privación de libertad por espiar para Rusia.
El subteniente Jeffrey Delisle, de 41 años y adscrito a una unidad de Inteligencia de la Marina Real en el condado oriental de Halifax, fue detenido en enero pasado bajo cargos de delitos previstos en la ley de Seguridad de la Información, que Canadá aprobó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Los detalles de este caso, en el que el juez impuso inicialmente el secreto de sumario, transcendieron una vez que el acusado se declarara culpable. Así fue como transcendió que Delisle, según sus propias declaraciones, trabajaba para Moscú desde 2007, momento en que acudió a la embajada rusa y se ofreció para “traicionar a su país a cambio de efectivo”.
Según la Fiscalía canadiense, desde 1998 Delisle no sólo tenía acceso a la información clasificada, sino que también al sistema de intercambio de datos entre los servicios de Inteligencia de Canadá y sus países aliados, como Australia, Nueva Zelanda, EEUU o el Reino Unido.
El oficial utilizaba estas bases de datos para realizar búsquedas con el término “Rusia”, copiaba la información encontrada en una memoria USB y la pasaba a sus “clientes” una vez al mes. Entre la información entregada por Delisle también figuraban los datos personales de altos cargos militares y civiles, así como de agentes de Inteligencia canadiense.
En otoño de 2011, Delisle viajó a Río de Janeiro supuestamente para entrevistarse con su “superior” ruso llamado Víctor. A su regreso a Canadá fue detenido por agentes fronterizos.