El próximo domingo 17 de febrero nuestro vecino país, Ecuador, vivirá sus elecciones generales donde les tocará elegir Presidente, Vicepresidente, Asambleístas Nacionales y Locales. De acuerdo con considerables sectores de opinión, todo indicaría que Rafael Correa triunfaría en primera vuelta. Luego de seis años de gobierno y con campañas internacionales en contra por su enfrentamiento constante con la prensa fiscalizadora, es interesante evaluar la repercusión de su elección en el ámbito internacional, así como las acciones que lo han llevado a cimentar su popularidad y que le otorgarían cuatro años más de ejercicio del poder.
Correa, político joven, con reconocida formación académica, ha logrado ejercer un liderazgo dinámico y carismático en la región latinoamericana, que es reconocido por su pueblo que apoya al candidato/presidente, por el desarrollo de infraestructura como demostración de eficiencia gubernamental. Un amplio despliegue de obras se ha convertido hoy en su principal fortaleza de campaña sumado a la base social generada por la entrega del bono humanitario a dos millones de ecuatorianos.
La eventual victoria de Correa significaría para el Perú la continuación del proceso amistoso de cooperación e integración que desarrollan con éxito ambos países. Durante los últimos años, Correa ha tenido gestos políticos coincidentes con nuestros intereses como país, actitud que cobra importancia ante la cercanía del fallo de la Corte Internacional de Justicia en relación a la delimitación marítima con Chile.
Por lo tanto, deberíamos seguir de cerca el desenlace del proceso electoral en Ecuador por el rol que podría jugar en asociación con otros países amigos para asegurar el cumplimiento del dictamen que pondrá término a la controversia con Chile.
Nota publicada en larazon.pe