La renuncia del Papa Benedicto XVI ha abierto una ventana hacia la sorpresa, la crítica y la expectación respecto a su remplazo y al futuro del catolicismo.
La Iglesia Católica tiene 1.200 millones de fieles; pero en los años del papado de Benedicto XVI han surgido en su seno agudas crisis y discrepancias. Juan José Tamayo, uno de los teólogos más distinguidos de España, acaba de expresar: “El Papa no ha sabido dar respuesta a los católicos que buscaban respuesta a cuestiones como La Libertad de expresión y cátedra y ha limitado el pensamiento crítico de la Iglesia”.
“El mayor problema”, explica el teólogo, “ha sido la pederastia. Un asunto que ha sido el mayor escándalo de la historia del cristianismo y que le estalló en las manos. Al principio impuso el silencio, cuando era presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y luego tomó medidas tibias, sin aplicar las medidas que contempla el Derecho Canónico para estos casos y sin colaborar con los tribunales civiles”.
Tamayo considera que Benedicto XVI ha sido el gran inquisidor de la fe cristiana. En el Perú se conoce que antes de ser Papa fue duro oponente a la Teología de la Liberación.
El escándalo sobre el abuso sexual contra niños practicado por sacerdotes católicos estremeció al mundo. Caso particular fue el de Irlanda, un baluarte del catolicismo europeo. Se denunciaron allí miles de violaciones y el problema condujo a que Irlanda cerrara su embajada en la Santa Sede en 2011.
El pontífice renunciante nació el 16 de abril de 1927. Fue miembro de las Juventudes Hitlerianas durante la Segunda Guerra mundial. Ese antecedente avivó la indignación de los judíos cuando, en el 2009, eliminó la excomunión que pesaba sobre cuatro obispos tradicionalistas, uno de los cuales negaba que hubiera existido el Holocausto, es decir, la matanza por los nazis de seis millones de judíos.
Uno de los problemas más graves para el Papa fue el causado en el 2012 por su mayordomo, quien filtró documentos que mostraban actos de corrupción en el Vaticano.
La renuncia del Sumo Pontífice trae el recuerdo del Cardenal Carlo María Martini, quien era considerado el último cardenal progresista y estuvo a punto de ser elegido Papa, en lugar de Ratzinger, pero declinó por estar delicado de salud. En la última entrevista que concedió, Martini señaló:
“En la Europa del bienestar y en NorteAmérica la Iglesia está cansada. Nuestra cultura ha envejecido, nuestras iglesias son grandes, nuestras casas religiosas están vacías y el aparato burocrático de la Iglesia aumenta, nuestros rituales y nuestros vestidos son pomposos...
“Sé que no podemos desprendernos de todo con facilidad, pero al menos podríamos buscar hombres que sean libres y más cercanos al prójimo. Como lo fueron el obispo Romero y los mártires jesuitas de El Salvador” (Con información del diario La Primera).