La eterna farsa de las encuestas

Desde que recuerdo no ha habido una sola elección donde las encuestadoras, sus resultados, sus métodos y sus dueños no hayan sido seriamente cuestionados por su falta de objetividad, su poca transparencia y su supuesta manipulación de cifras en función de los intereses a los que sirven.

Si pensábamos que los escandalosos fraudes que se cocinaban en la salita de Montesinos con varias de estas mismas empresas y sus directivos eran cosa del pasado, nos equivocamos. Los mismos actores, los mismos guiones y las mismas películas que vimos ayer se repiten hoy y lo grave es que nadie hace nada. Ni el JNE, ni el Congreso, ni la Fiscalía se atreven a hacer una investigación y posterior denuncia de lo que a todas luces constituye una posible manipulación grosera e ilegal de la voluntad popular.

También es verdad que los peruanos tenemos memoria frágil y los políticos miedo a hablar del tema, pero lo sucedido con el tan comentado simulacro electoral (publicitado a los cuatro vientos como el terremoto del NO) es el colmo. La clara explicación dada por Alfonso Baella en su blog pone en evidencia una supuesta burda manipulación y si los sobones de turno o los gurúes importados creían que con ello le harían un favor a Susana se equivocaron.

Si hay algo que al pueblo le indigna es sentir que lo toman por tonto más aún de una forma tan obvia. A quien se le haya ocurrido cocinar este penoso sondeo Villarán debería considerarlo su enemigo y quien se haya prestado para ello las autoridades deberían aplicarles la ley. ¿Hasta cuándo la eterna farsa de las encuestas?

Nota publicada en larazon.pe