El diario español El Mundo puso en una de sus páginas el miércoles 13 este titular: “Los vaticanistas coinciden en que el Pontífice no se fía de la curia que lo rodea”. Todos coinciden también en que el Cardenal Tarsicio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano, fue un hostigador detestado por el Papa.
En el Perú se recuerda a Bertone como el personaje que, “en virtud del mandato recibido por su Santidad Benedicto XVI”, prohibió a la Católica el uso del título de “Pontificia” y “Católica”. El decreto tiene fecha del 11 de julio de 2012 y ha sido reproducido en “Iglesia en elPerú”, boletín oficial de la Conferencia Episcopal Peruana.
Surgen, entretanto, revelaciones inquietantes sobre la atmósfera política y financiera que reina en el Estado pontificio. El cotidiano madrileño El País, en la pluma de Pablo Ordaz, su corresponsal en Roma, habla, el mismo día 13 de febrero, de “la voracidad de la curia” y de “Cardenales enfrentados entre sí, instituciones religiosas en pugna por obtener privilegios, un secretario de Estado, Tarsicio Bertone, que hace mucho tiempo perdió la confianza del Papa”.
El aspecto más escabroso es el de las finanzas. En setiembre de 2009, el Papa Joseph Ratzinger había nombrado al financiero Ettore Gotti, cercano al Opus Dei, presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el banco del Vaticano. Como se sabe, en el pasado surgieron escándalos con esa banca, debido a casos de corrupción y lavado de dineros del narcotráfico.
Parece que la podredumbre persiste, porque hace pocos meses Gotti redactó un informe secreto en que daba cuenta de todo lo que había visto: cuentas cifradas que escondían dinero mal habido de “políticos, intermediarios, constructores”. El fiscal de Trapani, Sicilia, informa Ordaz, sostiene que Matteo Messina Denaro, el nuevo jefe de jefes de la Cosa Nostra, tiene en el IOR, bajo nombres de pantalla, sus cuentas.
Gotti estaba muerto de miedo, porque sabía que, como lo indica la historia del siglo XX, los corruptos ligados a las finanzas pontificias no se remiten a argumentos espirituales. El asesinato es uno de sus recursos.
Monseñor Bertone fue quien logró que el Papa destituyera a Gotti. Los consejeros del IOR y Bertone se habían desencadenado contra Gotti. Lo acusaban incluso de estar involucrado en la filtración de documentos robados al Papa.
La decepción del Papa respecto de su entorno y de los embrollos financieros del Vaticano nos hace recordar lo que, según San Marcos, dijo Jesús a un hombre rico: “Vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, y así tendrás un tesoro en el cielo”.
Muchos cardenales prefieren tener un tesoro en el Banco del Vaticano (Con información del diario La Primera).