¿Ollanta incentiva el bullying?

A pocos días del inicio de clases escolares no hubo palabra más cuestionable pronunciada por el jefe de Estado, Ollanta Humala, que la de “panzones”, refiriéndose a todas luces a la persona del ex presidente Alan García Pérez; y es que resulta muy importante lo que comunica o expone un primer mandatario, pues, como figura pública, generalmente a la corta o a la larga resulta siendo emulado por grandes y chicos, entre los cuales los niños y adolescentes suelen amplificar en las aulas todo lo que ven o escuchan en los contextos más diversos de la sociedad, donde la política no es la excepción.

Es más, dado el número creciente de casos de bullying denunciados el año pasado, son las autoridades las personas más llamadas, y en especial los políticos, a cuidar las formas y los giros verbales que usan. Por tanto, los dirigentes del país −que se supone son los individuos más educados de una nación– deberían dar ejemplo de tolerancia e inclusión, demostrando a la vez que a nadie se le debe faltar el respeto cuestionándole –por ejemplo−si fulano o mengano es “gordo” o no. Sin duda hoy –ante la gran difusión mediática de la infeliz frase del presidente Ollanta Humala−los jóvenes y los púberes achacarán hasta el cansancio la chapa de “panzón” a quien tenga un poco más grande el abdomen, y todo gracias a la alocución del actual inquilino de Palacio de Gobierno.

Ahora, por si no lo sabe el presidente Humala, existe abundante normativa administrativa en el Ministerio de Educación que obliga a todos los peruanos, a los padres de familia en especial −y él lo es−a coadyuvar con las instituciones educativas en el desarrollo integral de los niños y escolares, lo que implica no sólo transmitir conocimientos, sino fundamentalmente en potenciar los valores y las buenas actitudes orientados al respeto mutuo entre los seres humanos sin discriminación alguna.

Es decir, todos somos responsables del ejemplo que brindamos a nuestros menores; y si un presidente usa el adjetivo “panzón”, de hecho que eso tendrá necesariamente un efecto multiplicador negativo. Sin embargo, lo peor es cuando el que pronuncia un adjetivo peyorativo de este tipo, propio del bullying, resulta ser el líder de una supuesta “gran transformación” para referirse a un rival político, rebajando así el nivel del debate en el país y demostrando una marcada limitación de recursos verbales o argumentales a la hora de expresar sus divergencias con alguien que lo antecedió en la presidencia de la República. Por último, ya que no es la primera vez que el presidente Humala usa el calificativo “panzón”, preguntamos: ¿es que el primer magistrado del país está interesado en incentivar el bullying en nuestra sociedad? (Con información de Expreso).