Hoy se dio a conocer que WikiLeaks puso en evidencia unos cables diplomáticos norteamericanos que indican que el papado de Benedicto XVI mantuvo desde 2005 contactos con EE.UU. para tratar asuntos "preocupantes" en América Latina.
Unos de los primeros cables es del tres de abril del 2006 e indica que el cardenal mexicano Juan Sandoval pidió al Gobierno de George Bush durante una reunión en la embajada norteamericana en México que actuara en la región latinoamericana.
El cable indica que el cardenal mostró su preocupación ante el gobierno norteamericano por el crecimiento de líderes de izquierda como Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Néstor Kirchner, Michele Bachelet, y tal vez López Obrador en México.
El primero de febrero de 2007, mantiene WikiLeaks, el entonces embajador estadounidense en Caracas, William Brownfield, y el cardenal Jorge Savino se reunieron en la Nunciatura Apostólica de la capital venezolana para discutir si el viaje de ese año del Sumo Pontífice a Brasil podía servir para presionar a Chávez.
Luego, otro cable diplomático destaca que el caso de Honduras fue citado en una reunión entre el presidente Barack Obama y el canciller del Vaticano, Tarcisio Bertone, el 10 de julio de 2009. Cinco días después diplomáticos estadounidenses se reunieron con el cardenal Francisco Forjan, que aclaró que para el Vaticano la caída de Zelaya no es un “golpe de Estado” y le pedía a Washington que explicase a su público que la crisis se produjo “por acciones anticonstitucionales del Gobierno”.
Por último, un cable del 19 de agosto de 2009 revela que el viaje de cardenales y obispos estadounidenses a Cuba de aquel año no fue una simple visita episcopal, sino que tenía como objetivo “presionar al Gobierno de La Habana en relación a los prisioneros políticos, un pedido de Washington”.