Las economías de los países

En los países el desincentivo a la inversión y la producción de bienes, la inflación sostenida y el deterioro creciente de su moneda, salvo cuando ocurren embates de la naturaleza que alcanzan cierta magnitud y significativa extensión sus daños, o hechos bélicos importantes o frecuentes de violencia, tienen por causa fundamental el discurso, las políticas públicas y las acciones de sus gobiernos, especialmente cuando éstos están orientados a hacer prevalecer su intromisión restrictiva en todas las actividades del quehacer cotidiano de los ciudadanos.

Cuando eso sucede, sin cambios significativos en las políticas públicas y el accionar gubernamentales -en sus propósitos finales- no hay forma de hacer reversar el deterioro generado en la economía de los países, cuya profundización se refleja en la erosión continuada del poder adquisitivo de los ciudadanos y la disminución progresiva de sus patrimonios, que dañan su hábitat y su tenor de vida, la mayoría de las veces de forma irreversible.

Malestar

Nada sirven a los pueblos los ucases de sus gobiernos para modificar el curso negativo de las economías de sus países, ni su prédica en contra de parte de la comunidad -a la que pretenden atribuirle la culpabilidad del mal acarreado con su gestión- ni su persecución, porque la marcha de la economía continuará por el mismo derrotero y el malestar se hará cada vez mayor, hasta que -como ha sucedido en países con regímenes de carácter totalitario o acentuado populismo- la situación se hace insostenible y los cambios en las políticas y el accionar de los gobiernos muy difícil de evadir.

Esos cambios para que sus frutos puedan apreciarse en un tiempo menor tienen que ir acompañados de señales claras de que lo realmente deseado es asegurar a la gente su posibilidad de realización personal y familiar en paz y libertad efectivas, en términos ciertos de justicia y respeto a su dignidad, según su querer y empeño; y, no una manera en medio de la crisis de afianzarse el gobierno en el poder.

En el tiempo que vivimos, ello demanda de los pueblos un esfuerzo sostenido de atención a lo que verdaderamente en sus países ocurre y por comprender sus efectos positivos o negativos, para no caer en la situación en que se encuentran hoy varios de los pueblos de países de la Unión Europea, que a sabiendas de adonde los condujeron los malos gobiernos -populistas en sus casos- no terminan de ofrecer su apoyo franco a quienes eligieron para sanear las economías de dichos países, para dejar atrás toda tentación populista o totalitaria.