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REDES SOCIALES
Martes 12 de marzo 2013

¿Ensayo sobre el SÍ y sobre el NO?

Por: Lic. César Sánchez Olivencia
¿Ensayo sobre el SÍ y sobre el NO?
Foto: capital.com.pe

La revocación es un proceso diferente a las elecciones generales. En este tipo de marketing político, el enemigo de “Villarán” (comillas para referir a la percepción)  no es Fulano de Tal, sino los ciudadanos de Lima metropolitana, que responden a la consulta ciudadana de acuerdo con “su percepción”. No olvidemos la máxima de la publicidad: “Percepción es realidad”.  La realidad se forma en la mente de la persona.

Existe una cantidad infinita  de estímulos que recibe el cerebro a través de los sentidos. El proceso de esa información se realiza a través de la abstracción mental. El input puede ser el mismo pero el proceso mental es diferente en cada persona que elabora su propio percepto. Por ello, el output es diferente. Un percepto es aquello que se percibe. A la gente se le puede colocar estos mensajes mediante el posicionamiento.

A pesar de que todos perciben el mundo a través de los mismos sentidos, es el cerebro quien interpreta está realidad y convierte a la persona en perceptor de “su realidad”. Todo lo que percibimos, solo representa  una parte mínima de lo que verdaderamente es la realidad. Mientas más perceptos de la realidad tenga la persona, podrá conocer con más exactitud la realidad. La comunicación social e interpersonal son factores decisivos en la formación de la opinión pública.

Es así como cada persona tendrá su propia representación de la realidad en su mente, interpretando las situaciones de manera diferente, y a su modo.  Le gente percibe de forma diferente el entorno: lo que para algunos es blanco, para otro es negro. La respuesta a  un estímulo puede resultar distinta a la realidad si el emisor del mensaje no saber hacerlo bien, o -lo que es peor-, no lo hace a tiempo.

 Antecedentes  de la “percepción” y la percepción

¿Cuál es la causa de  esta reflexión?. Responde al hecho que  el hacer o no hacer de “Villarán”, ha sido percibido por una parte de los limeños como una mala gestión pública. Se le compara con sus antecesores e inclusive con sus continuadores y el resultado no la favorece. Es una situación inédita para el marketing político nacional. El factor clave en esta experiencia vecinalista es el fenómeno de la percepción.

No se trata de elecciones generales en las cuales se enfrentan los candidatos sobre una gestión pública a futuro. Aquí se trata, más bien de una especie de “juicio de residencia” a mitad de la gestión. A la autoridad  se le acusa de algo que hizo o no hizo sin necesidad de exhibir pruebas, como señala taxativamente la Ley 26300. Esto es diferente a los motivos de vacancia que dispone la Ley Orgánica de Municipalidades, Ley N° 27972.

La percepción sobre la actual gestión municipal se inició desde el primer día en el cargo. Sus colaboradores no apuntaron como Debilidad y Amenaza que su victoria electoral fue por escaso porcentaje. (38.393% vs 37.555%).  Además, su triunfo  fue beneficiado por los errores de su ocasional opositora a la alcaldía. Entonces, la prioridad que debió figurar en la agenda política de la alcaldesa es “conquistar” a los limeños que no estaban de acuerdo con su elección. No se aprovechó la Oportunidad. ¿De acuerdo?

Una estrategia de caballo de Troya contra sí mismo

¡Caballero¡ La fórmula era abrirse y no cerrarse. Emprender un proceso de liderazgo para convertirse en ganadora desde el poder. Pensar y actuar en forma rápida y eficiente. Esto se conoce como gestión pública moderna. Legitimar políticamente su victoria electoral. Practicar lo que el Nobel Amartya Sen denomina “cooperación social”, con plena conciencia del trabajo a realizar: gestión pública. Esta profesión existe.

Hace pocos días la revocable dijo con propiedad: ”Propongo una gestión municipal con amplia base…” Ha sido un acierto, pero en esta hora solo es una “carta de intención”.  La teoría y la práctica dicen que cuando un gobierno democrático en un estado de derecho, no ha ganado las elecciones  con mayoría absoluta, debe concertar. La autoridad tiene que recurrir a gobernar con apoyo del pueblo y los diversos  grupos sociales.

Las virtudes humanas para tener éxito en este tipo de gobernanza son la humildad y la compasión. Este secreto fue descubierto ya hace muchos años por las relaciones públicas. No son las RR PP de los lobbies y los grupos de presión, sino las de la cooperación social (Amartya Sen).  Dicen que para formar una buena opinión pública favorable a nuestra imagen, la fórmula es “10% de comunicación y 90% de buena conducta” Tan simple como La Biblia o El Corán o El Talmud. Se puede resumir en comunicación mediática e interpersonal. Resumen a su mínima expresión: comunicaciones.

La incomunicación ciudadana

Por eso los expertos señalan que el primer error del régimen “Villarán”  fue la incomunicación. La percepción de los electores fue la siguiente: “Villarán” está encerrada dentro de una muralla impenetrable. Se distanció de la sociedad civil por razones inexplicables. Política de puertas cerradas a los ciudadanos en redes sociales, teléfonos y celulares, incluyendo a regidores y servidores públicos.

Aún no ha llegado a liderar  la Municipalidad (el organismo público) menos al municipio (la población de la ciudad)  Aclaramos: un líder puede hablar con todo el mundo. Esto puede ser necesario  pero no suficiente para comunicarse. La diferencia está en que el liderazgo auténtico significa voluntad de participación. El mejor estilo de liderazgo es una combinación de liderazgo con el ejemplo más liderazgo con participación. Nunca fallamos. Esto es gestión pública moderna.

Se debe comprender que un gobierno municipal es el nivel del Estado  más cercano al pueblo. A un ministro no se le extraña en las calles de la ciudad. Mucha gente ni siquiera sabe el nombre de todos los ministros. Pero la persona de la máxima autoridad municipal es parte de la vida de los limeños. Su ausencia es percibida cada mañana cuando los limeños esperan que se recoja la basura o que se combata la drogadicción y la prostitución. “Burócratas comechados” es la frase popular.

Repiten “Villarán”, cuando la violencia criminal no respeta a nadie. (¿Dónde está serenazgo?) Este es el problema y a la vez la solución. Percepción que se posiciona en la mente del elector. Lo que sigue es el “efecto multiplicador” del mensaje. Se  busca a la autoridad, no a su rostro. La gente  necesita los servicios municipales. No es cuestión de partidismo sino de vecinalismo. Aquí  la comunicación es un factor decisivo. El público es un fiel testigo de cargo o descargo en las calles de la ciudad.

La persona comunes y corrientes (niveles socioeconómicos  C,D y E) pueden tener dos percepciones: 1) Estar en contra de la mala gestión de “Villarán” o 2), Estar en contra de “Villarán”, que realiza una mala gestión. ¿Le parece lo mismo? No es lo mismo. Pensemos. En la primera proposición, “mala gestión” es la premisa mayor. En la segunda proposición, “Villarán” es la premisa mayor. El problema.

 Es la percepción que tiene sobre lo que se ha hecho mal o se ha dejado de hacer. Quiere decir que aunque hoy mismo se inaugure la “Vía parque Rímac, la gente puede votar por el SÍ. El percepto se hace fuerte en la mente del elector duro. El cambio de actitud no se logra de un día para otro. Tiene que madurar el estímulo del mensaje. Entre el mensaje emitido y el mensaje recibido “hay mucho trecho”: horas, días, meses, años.

Positivo y negativo

La otra cara de la moneda. Fritz Du Bois, director del diario Perú 21, escribió el 4 de marzo: “Por otro lado, el electorado peruano es conocido por cambiar de opinión en la cola misma de la votación, así que hasta el último día nada está asegurado”. Cierto. Se interpreta que el elector puede cambiar de opinión por efecto de un proceso interno. Los estímulos externos tratan de inducir el cambio de actitud. Este cambio se manifiesta finalmente “en la cola misma de la votación”.

Mientras tanto, la culpa recae sobre la cabeza de “Villarán”. Casi siempre sucede lo mismo. En este caso, no se trata de que por ser “Villarán”, la gestión es mala. Más bien se trata del posicionamiento en la mente del ciudadano.  La percepción es que  la gestión es mala por tales y cuales obras “mal hechas o no hechas”. El elector en esta etapa del proceso de cambio de actitud, no  discute la verdad o mentira de la percepción. Aún no ha madurado.

La amenaza de esta percepción para el NO consiste en que “Villarán” es sinónimo de mala gestión “SÍ o SÍ”.  Se trata de “Villarán”, a quien se debería revocar con el SÍ… “. Entonces, ¿cuál es la enseñanza?: mejorar la imagen de la revocable. La Debilidad no es si hace o no hace buena gestión pública, sino la imagen negativa. Aquí lo que está en juego es la verdad o mentira de la percepción de la realidad. No confundir maestrazos.

¿En qué posición se encuentra  “Villarán” en esta lógica de imagen?. ¿El ciudadano la percibe como mala a la revocable o percibe como mala a su gestión? La semiótica de las imágenes señala dos factores: gestión y persona. Esto es decisivo para no cometer graves errores en una campaña rápida en la que no está en juego un candidato contra otro candidato, sino un candidato contra los ciudadanos. ¿SÍ o NO?

Las campañas rápidas (solo quedan unas 80 horas de campaña si el equipo trabaja 16 horas diarias por lo menos) no se pierden  porque la propuesta de A sea excelente sino porque los errores de B son “excelentes”. ¿La razón? Ya no queda tiempo para contra-campañas. Ya se ha corregido algunos errores técnicos. El reciente discurso de la revocable ha sido un acierto. Duele.

La debilidad del posicionamiento

Claro que se trata de ciencias sociales y no de matemáticas. El cerebro es muy complejo. En cualquier caso -SÍ o NO- se debe aprender de las derrotas con criterio dialéctico: ceder para vencer. La evolución política de Villarán ha sido compleja. Al margen de  etiquetas, aún no ha podido posicionarse de un segmento del electorado nacional. Es un capital humano potencial. Si pierde puede ganar, si gana puede perder. Tiene gente que la sigue. La espiral debe ser virtuosa. Aún se puede corregir errores tácticos. También lo puede hacer  el SÍ.

La consulta popular. Cualquier  autoridad -sin perder sus valores personales ni imitar a Maquiavelo- tiene que aprender a posicionar a tiempo su imagen política. Debe jugar con las propias leyes de la democracia. La revocación es expresión  del ejercicio de la democracia directa, a través del derecho de control político de los ciudadanos. La aplicación de la norma no es perfecta. La consulta prevista para el próximo 17 de marzo tiene una serie de variables extrañas que hacen dudar del respeto a la voluntad del elector.

Esta es una responsabilidad estructural de los legisladores que ha inducido a una aplicación incierta de la norma por parte  del sistema electoral. ¿Por qué? Según una  encuesta pasada de Ipsos  Apoyo, un 16% de ciudadanos piensa que votar por el SÍ es votar por el NO. Existe confusión y la votación puede resultar viciada. La causa es que la consulta tenía que ser: SÍ Villarán o NO Villarán. Así de simple. Guardando las distancias ético-morales,el plebiscito de Pinochet en 1988, para la continuación de su mandato en Chile fue muy claro: “SI Pinochet o NO Pinochet”. Simplificar para resolver.

La revocación incluye a autoridades regionales y municipales, tales como: presidentes, vicepresidentes, consejeros regionales, alcaldes, regidores y jueces de paz que provengan de elección popular. Cualquiera es un revocable a partir de la ley 26300. La revocación es el proceso por el cual los electores de una región, provincia o distrito, deciden con su voto si su autoridad debe dejar o no el cargo. Esto obliga a los revocables a gobernar con legitimidad político- social, eficiencia, eficacia y efectividad. Gerencia social.

Las penúltimas movidas en el tablero

Tácticas recientes. Muchos cristianos de corazón piensan que es mejor aceptar y corregir errores con humildad. Ya lo hizo la revocante. El expresidente Clinton fue perdonado por la opinión pública  porque admitió su frivolidad con la Lewinsky; que ahora indignaría a Vargas Llosa según “La civilización del espectáculo”. De igual modo, la táctica de apelar al miedo por la paralización de la gestión municipal, y la de no responder sobre la percepción de “incapacidad” son técnicas virtuosas. Veremos el Tracking.

El diálogo-monólogo del domingo 10 ha sido una experiencia revolucionaria. Tiene rasgos de sarcasmo porque la actuación pública se denominó acertadamente “Exposición de motivos”. No se tituló  debate. Por falta de criterio de los gestores públicos, el diálogo se convirtió en monólogo. El  moderador resistió para cumplir con su contrato. Dicen que lo más importante es la formalidad y la normatividad antes que los resultados y el impacto de los objetivos.

El principio de la “primacía de la realidad” en las decisiones administrativas descansa en el tacho de los papeles. Una novísima interpretación de la gestión pública. ¿No se podía prever los escenarios posibles?. No, No, No. Ya existe el análisis de coyuntura, a través del cálculo de probabilidades, el diseño de escenarios, el método de Ishikawa, etcétera. ¿Quién ha salido ganando de este espectáculo mediático?: dialécticamente, Lima, dialécticamente. ¿El NO o el SÍ? El domingo 17 lo comprobaremos.

 

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