Humalismo ensayando el "Lula's style"

César Gutiérrez, autor de estas líneas

Tres días de duelo por el fallecimiento del presidente Hugo Chávez ha sido la decisión dictada desde palacio de gobierno peruano, para rendir tributo al comandante bolivariano. Algunos dirán que es natural, pues en la vecina Chile, Sebastián Piñera hizo lo mismo. Los suspicaces creerán ver que hay una actitud oculta de autoritarismo y estatismo. Otros, los que comparten el poder de ser gobierno con la pareja presidencial, dirán que es la filiación de un sentimiento de inclusión social y gobernar para los más desfavorecidos.

Mi opinión es que todos los grupos están equivocados o mienten. Unos por ver analogías, otros por atisbar fantasmas inexistentes y los últimos por una hipocresía inconmensurable, que creen que generará algún rédito en los sectores radicales nacionales. El argumento de mi afirmación es solo uno, el poder encandila, da confort y el “humalismo” ha decidido aliarse a los poderes fácticos para tener sostenibilidad de gobierno y por qué no, darle una largona más al mandato, al estilo de la pareja Kirchner. No hay más vueltas que darle al asunto, la motivación ha sido dar un cariz de izquierdismo público con señales de gratitud.

No hay que ser zahorí para darse cuenta que con un duelo como el dictado, se iba pasar desapercibido para el ciudadano pedestre y sería materia de duras críticas provenientes de los que siempre han mostrado una visceral oposición con el manejo del “chavismo”. El producto ha sido netamente para la exportación y que el mundo crea que aquí tenemos a un reformista radical creyente en el mercado, esta marca es de patente brasileña y se denomina “Lula´s style”, que se puede definir como: gobernando con la derecha pero con fuegos artificiales de izquierda para el frente externo e interno. Más de lo primero que de lo segundo, pues los locales se desencantan rápido, salvo que sea Lula, que por su carisma está elevado a la categoría de “super star”, revestido de teflón para todo lo dañino que se produzca a su alrededor.

El resultado es que el “Humalismo” ha ganado para el mundo occidental y cristiano, denominación patentada por la derecha desde los años 60 a los gobiernos adocenados al capitalismo. Allí ven a Humala como un moderado con arraigo popular, verdad a medias y efímera.