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Viernes 15 de marzo 2013

Se retira el Papa. Se muere Chávez. ¿Y Susana se queda?

Por: Hugo Neyra
Se retira el Papa. Se muere Chávez. ¿Y Susana se queda?
Foto: www.bnp.gob.pe


Hugo Neyra, autor de estas líneas


Vaya mes, contando desde mi último artículo en esta revista. Renuncia del Papa Benedicto XVI. La muerte de Chávez y ¡qué de secretos en el seno del poder caraqueño! Y claro, el  emponzoñado proceso de la revocatoria. Comenzaré con Roma. Por encima de todo está la conciencia del tiempo. No todos los días un Papa renuncia. No todos los días una institución que tiene más de 2000 años se destina acaso a otra metamorfosis.  ¿Qué hacías, lector, cuando te llega la noticia? Por mi parte andaba ensimismado en el libro que concluyo en un barrio de Santiago de profesores y artistas, de librerías, cafés, cines y a tiro de piedra de mis centros de investigación. Pero dejé lo que hacía. Mi asombro fue completo, y mi admiración instantánea: renunciar es desprenderse, es desposeerse.

Sobre Roma no se podrá negar este hecho, la función pontificia está como arropada por cuidados cotidianos que no recibe monarca ni mandatario alguno. Es ritual y a la vez afecto. Un Papa romano es el guía espiritual de la religión más extensa del mundo occidental y la América Latina. Y a la vez el jefe de un pequeño Estado, el Vaticano, que mantiene relaciones con 179 Estados, con una guardia suiza de 110 hombres cuyo lema es coraje y fidelidad (Acriter et Fideliter) y un cuerpo de 92 cardenales en todos los continentes. De esa comunidad espiritual y fuerza política real se desprende quien entrega la tiara al azar de unas votaciones secretas y se supone que a Dios. No hay, pues, sino que preguntarse a qué aspira este hombre lúcido, Papa y  profesor de filosofía, alemán. Dejo para otra vez el comentario de alguno de sus libros; aunque no soy de ir a misas, amo la religión de mis abuelas y sus valores que son los míos, pero mi  punto de vista es laico. Volviendo al doctor Joseph Ratzinger, lo que ha hecho es enorme. No ha esperado que lo llame el Señor, como se dice. Su gesto es desacralizador. Podría decirse que está fatigado como cualquier presidente de una gran corporación. Pero no, lo hace para obligar a sus pares a reunirse. A salvar a la Iglesia de grandes males de todos conocidos, pero no él  solo. Un laico inteligente, Michel de Certeau, acaba de decir, “la Iglesia era un cuerpo, ahora es un corpus”. Los cardenales tienen que trabajar para remitir a la centralidad pontifical una nueva legitimidad. Permítame decirlo, este cónclave viene a ser algo que en la vida de los Estados se llama un momento constituyente. Es una maniobra finísima y audaz de un Papa-Rector, la idea le viene a Danièle Hervieu-Léger, que razona sobre los rieles de una “crisis de la monarquía pontifical”. Era mi criterio cuando abro Le Monde. No me extraña esta coincidencia, la citada es profesora en Hautes Études en ciencias sociales donde me formé. Deformación profesional, donde los otros ven una fe, que respetamos, nosotros los sociólogos vemos una institución que es capaz de autorreformarse. Veremos lo que sigue.

Pasando al segundo tema, ¿no ha hablado Ernesto Laclau de la razón populista?  No, no creo que el chavismo desaparezca.  Porque esto ya ha ocurrido, con “masas en estado de  disponibilidad” según Gino Germani, que vio un gran parecido entre el fascismo italiano y los populismos latinoamericanos, tengo que decirlo. Siempre, un caudillo carismático. Y siempre masas muy, pero muy descontentas. Y siempre la cosa viene de fuera del juego regular de la política. Sí, pues, retorno a la hipótesis del outsider. Voy a mostrar unos casos, sumariamente. Eso fue Perón en 1946. Fue tres veces presidente, le dieron un golpe de Estado en 1955 y volvió 18 años después, se muere en 1974, pero el peronismo, ¿desapareció después de Perón? La respuesta es no. No digo que eso sea bueno o malo para los argentinos. No juzgo, explico. La pregunta es otra. ¿Por qué su obra permanece? Me permite el lector ¿otros dos casos?  ¿Desaparece el aprismo a la muerte de Haya? Después de Velasco Alvarado, ¿Morales Bermúdez y Belaunde Terry corren presurosos a devolver la tierra a los antiguos hacendados? No ocurrió así. La respuesta en lo que concierne el aprismo después de Haya es que lleva a un aprista a la presidencia no una sino dos veces.

Dicho eso, demos un salto hacia el concepto. Son regímenes que no son ni liberales ni marxistas clásicos (donde más de un aprovechado se recicla). Y en nuestros días, no derivan al fascismo puro como en Europa sino a formas que aspiran al poder legal y a un mando jefatural. Hay que decirlo, ni son por completo autoritarios ni por completo democráticos. La academia los estudia, son un dolor de cabeza: carismático, los llama Epstein partial democracy (2006), Diamond hybrid regime (2002) y el profesor Levitsky que da clases en la PUCP y escribe en La República,  competitive authoritarianism (2002), lo cual es término confuso: ¿compiten y son a la vez autoritarios? Eso es un oxímoron. Precioso para la poesía, no en política.

Para simplificar, vamos a llamarlos con una palabra desacreditada, populismos. Hace 44 años, cuando era joven, escribí en la revista del Instituto de Ciencias Politicas de París, “el cesarismo populista”. Desde entonces, el fenómeno se ha multiplicado. ¿Qué los causa? Rápidamente hay que descartar las explicaciones espontáneas, ambición, capacidad de oratoria (Perón, Haya, Chávez). Cuando aparece el populismo aparece el pueblo, un pueblo airado, y en ese sentido, multitudinario, el “demos”, como decía Mariátegui, “la plebe urbana” de mi inolvidable hermano Carlos Franco. A los populismos los hacen los líderes. Al populismo los ponen en la escena política las demandas. Se entiende, no satisfechas. Entonces, los populismos sociopolíticos es eso que ocurre cuando una democracia liberal no sabe ser eficaz. Y una clase política se duerme. Chávez ha puesto al pueblo necesitado en el centro de la vida venezolana como Perón puso a los
sindicatos hasta nuestros días y como Velasco sacó a los campesinos de la servidumbre y el precapitalismo. Y Maduro o Capriles, tendrán que atenerse. Lo de los cerritos miserables no va a repetir.

Con la señora Villarán y la polis limeña ha habido un malentendido de mamey con pepa. Ellos, los del pujante Cono emergente, querían su túnel bajo el cerro de San Juan de Lurigancho, el otro tramo del tren eléctrico, un río Rímac domesticado (hay que meter preso ese río, está en el complot), en suma, una gestión concreta. Y lo que han visto es una señora muy rara que se tomaba como Presidenta. Después del mudo, se quedaron con la boca abierta. Pero luego vinieron las encuestas. Ella siguió investigando al antiguo alcalde, bajándose las placas. Como no se enmendaba, siguieron lógicamente los revocadores. Y ahora, ¿qué hay? Los del Sí, son gente de abajo, de la sociedad civil y mal hablados. Un exalumno mío, y ahora amigo, D’Medina, dice que les cae “un cargamontón”. Si gana el No, ¿qué conclusión pueden sacar las gentes que atropellaron en La Parada? Que se han reído de ellos. La desilusión democrática se suele pagar muy cara. Por lo demás, escuché el mea culpa de la señora alcaldesa sin estar en Lima, así está el mundo global. Y me quedé espantado, todo sobre su victimización. Y 15 segundos para “algunos errores”. No creo que tenga “propósito de enmienda y dolor de corazón”, aunque eso se enseña en el colegio Sagrado Corazón. En fin, es grave que Orrantia le gane a San Juan de Lurigancho. ¿Y por esa causa, Lourdes, Toledo, el brasileño, Patria Roja, la Confiep? ¿Castas contra clases?  Esa revocatoria la vamos a recordar por su ceguera. ¿Victoria de un Frente antipopular? Era una simple revocatoria, será un agravio. Ahora bien, ¿quieren ustedes tener un chavismo de aquicito nomás en el poder? Es muy sencillo. No escuchen el clamor de los sectores D y E indignados por el desatinado gobierno municipal de la señora Villarán. Voten para que permanezca. ¡Al diablo la revocatoria!  Y habremos inventado la democracia sin los pobres. ¡Felicitaciones!

Posdata:

Marco Tulio Gutiérrez, a quien no conozco de nada, ya le colgaron lo de “violador” por una pachotada que salió a decir, sobre el sí y el no en las mujeres, un chiste viejo, de pésimo gusto, pero bueno, le quieren sacar provecho como la palabra poto con Lourdes Flores. Todo el mundo está usando los argumentos ad hominem. Desacreditar al otro, así de sencillo. Por lo demás,  ¿quieren un pueblo culto? ¡Mejoren la educación! A propósito, si se queda la alcaldesa está apta a entregar las escuelas del pueblo a su aliados en “la confluencia”, Tierra y Libertad, Patria Roja y Movadef. Nada en ellos es izquierda, son totalitarios. Ella por lo visto, no hace la diferencia.  Y eso es tan importante como su tirria a hacer obras con cemento. 

Escrito el 10 de marzo y publicado en la revista Contrapoder del 15 al 28 de marzo del 2013

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