En el Reino Unido evalúan reconocer jurídicamente y de forma separada a la madre ovular y la madre mitocondrial en los casos en los que en la fecundación in vitro hayan participado dos mujeres.
La iniciativa significa que algunos de los niños engendrados en probeta contarían oficialmente con tres progenitores: un padre y dos madres. Ambas mujeres tendrían el derecho a la maternidad, con referencia a los cada vez más frecuentes casos de aplicación de métodos especiales de bioingeniería para evitar la transmisión al feto de distintos defectos genéticos.
Científicos del Reino Unido han elaborado dos técnicas, semejantes a quitar la yema de un huevo frito y sustituirla con la yema extraída de otro huevo frito. Ambas garantizan el nacimiento de un bebé sano, con una muy larga expectativa de vida.
Pero eso conlleva ciertos problemas jurídicos, ya que la participación de esta segunda mujer es trascendental dado que el pequeño recibe una parte de sus cromosomas. De la madre número dos se hereda la salud y un importante factor de longevidad, mientras que el aspecto físico se debe a una combinación de los rasgos individuales de la madre donante del núcleo del ovocito y del padre.