Servicio militar anacrónico

De forma absurda y desnaturalizando lo que debería ser un buen servicio militar voluntario, el Gobierno acaba de introducir por la puerta falsa, la obligatoriedad para dicho servicio con carácter discriminatorio violando derechos fundamentales de la persona humana y retrocediendo en el tiempo.

Se ha promulgado un decreto supremo que establece la obligatoriedad en caso que el voluntariado producto del llamamiento ordinario no sea suficiente para los requerimientos de personal militar, dejando la salvedad de la exoneración para los universitarios y los que tengan carga familiar, y multando con el 50% de la UIT (S/.1,850) a los omisos.

Así, esta norma legal resulta a todas luces discriminatoria e inconstitucional  porque se excluye del servicio militar al que puede pagar y se acuartela a la fuerza a los que no cuenten con recursos económicos. O sea, se exige “patriotismo” solo a los pobres.

Esto significa no solo un retroceso en la protección de los derechos de las personas, sino también el debilitamiento del proceso de profesionalización del personal militar, porque así, lejos de garantizar el reclutamiento de personal idóneo, se crea un sistema que producirá soldados sin el espíritu de entrega y de sacrificio que requiere el honroso servicio a la patria.

El servicio militar obligatorio solo se justificaría en caso de peligro de guerra exterior o para países de zonas de permanente conflicto bélico, que no es el caso peruano. Se trata entonces de una medida extrema que al afectar la libertad de las personas solo puede ser temporal. Lo absurdo es que el premier Jiménez considera que la norma no es obligatoria porque se puede eludir con el pago de la multa. Con tal lógica el ejercicio del voto tampoco sería obligatorio.

El servicio militar debe ser voluntario porque así se asegura en los ingresantes la vocación requerida para un alto rendimiento. Si el actual servicio militar voluntario ha fracasado es porque el actual sistema de incentivos no les sirve a los jóvenes, debido a la incapacidad del Estado para utilizar los recursos económicos suficientes con que cuenta para captar personal idóneo, con mística y vocación de entrega, valores imposibles de ser inculcados a la fuerza.

Por ser inconstitucional e inservible y porque no corresponde a una sociedad moderna, el Decreto Supremo Nº 001-2013-DE/EP debe ser derogado. Antes que falta de personal militar, lo que parece faltar es inteligencia y creatividad.

Nota publicada en larazon.pe