Por mandato de su tío abuelo Raúl Castro el PE (presidente encargado, espurio o embaucador) arremete contra los derechos humanos y después de 14 años de protagonismo en el régimen, descubre que el más grave problema que tenemos está en la inseguridad y cita violencia, criminalidad, tráfico de droga, armas, robos, secuestros. Promete "un movimiento para atacar la criminalidad" y la depuración de tribunales.
Para su política recurre a un "emisario fiel de su amo", como definió el escritor mexicano Carlos Fuentes a Roy Chaderton, retractado de su militancia socialcristiana y del Opus Dei, que ubica en ultraderecha. El ahora embajador ante la OEA viene de servir 30 años al "poder neoliberal que hizo de Venezuela un país en descomposición, empobrecido, con una vergonzosa historia de violaciones de derechos humanos y de corrupción masiva" -dixisti-.
Con el emblemático embuste cuestionó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a la Corte Interamericana (CorteIDH). Del primer organismo, dice que "obedece a dictadura imperial".
Según el exsecretario ejecutivo de la CIDH, Santiago Cantón, las 400 denuncias recibidas en 1998 pasaron a 2.700 en 2012. Estadísticas de vocería oficial revelan que entre 1977 y 1998 se recibieron solo 4 y no hubo medida cautelar. Pero de 1999 a 2012, hubo 102 y se dictaron 28 cautelares.
Sobre la CorteIDH infoman que desde 1988 a 1998, falló un solo caso: El Amparo, pero desde 1999 hasta 2012 sentenció 16.
Tal actuación se le revierte a la candidatura del PE. Lo demostró la encuesta de su Facebook que dio ganador al de la Unidad: Henrique Capriles con 3.254 votos contra 1.720. Ojalá analistas entiendan que el pueblo no votará por la política castrista.