Cumpliremos y seguiremos construyendo la Venezuela de Chávez; es nuestra razón de vida.
El comandante Chávez, afirmaba que era necesario construir bases productivas, espirituales y culturales para abandonar la economía rentista donde la burguesía astuta y altiva, junto a sus conversos y corrompidos gobiernos, durante todo el siglo XX, se apoderaron de todos los beneficios del Estado y, excepcionalmente, lanzaban migajas a los pobres. Nuestro comandante trascendió a otro plano, pero nos dejó la tarea de materializar ese abandono para el bien de todos los venezolanos. El Estado, como tal, seguirá obteniendo la renta que genera la exportación del petróleo, pero la población venezolana, en todos sus estratos, debe trabajar, en la medida de sus capacidades e igualdad de condiciones, hasta alcanzar una economía productiva de bienes y servicios, que serán destinados, en primer término, a la satisfacción de las necesidades de nuestro pueblo, con justa ganancia huérfana de toda especulación.
Entre tanto, parte de esos recursos petroleros deben seguir siendo destinados a la formación y elevación integral de los desposeídos para su felicidad e incorporación a los mecanismos productivos con espíritu de solidaridad. Asimismo, los recursos destinados a la asignación de divisas a empresarios deben entregarse y usarse con absoluta transparencia, teniendo siempre presente nuestras necesidades para la construcción de esa economía productiva. Es inaceptable, cualquiera que sea la causa o causas, que en igualdad de condiciones, las mercancías importadas sean vendidas más caras en Venezuela. Nuestro comandante Chávez, siempre estuvo en contra de la renta, vale decir, en la adquisición y acumulación de valores a cambio de un trabajo mucho menor que el realizado por un trabajador normal. Ese valor al trabajo nos obliga a velar por los canales de distribución y comercialización, para no generar distorsiones del aparato productivo. El comandante, también pensó quién, entre sus discípulos y colaboradores, debía estar al frente de la ejecución de su doctrina: Nicolás Maduro, por su capacidad, por su sensibilidad, su bondad, personalidad, el conocimiento integral de nuestro pensamiento revolucionario, su obediencia y su gran amor por Venezuela. Cumpliremos y seguiremos construyendo la Venezuela de Chávez; es nuestra razón de vida.
Nota publicada en eluniversal.com