El arte de gobernar con amplia base técnica

La amplia base no es una frase feliz. Ni lo piense. Más bien puede ser una frase infeliz si se pretende jugar con las palabras. Es una opción que se adopta cuando no se puede hacer lo que se pensaba. Casi nadie quiere repartir el poder. (Por eso el Sanedrín acusó a Jesús). El análisis de causa-efecto es apropiado. Como decíamos una semana previa a los comicios: el ganador será el que cometa menos errores tácticos. Ahora decimos que el ganador será el que haga una buena gestión pública con amplia base política y social. “Errar es humano; corregir, de sabios”, dice la vieja frase. 

¿Qué significa un gobierno municipal con amplia base?

En primer lugar no es lo mismo que un gobierno nacional o regional. Si bien el gobierno local -de acuerdo con la Constitución- es una de las seis partes de la estructura básica del Estado, se distingue principalmente por ser el nivel político más cercano al ciudadano. Esto es un auténtico problemón. Es el Estado en conflicto. En este tema la TV  no puede difundir cortinas de humo. Cuando la basura de acumula varios días en las calles de la ciudad, no vale nada ni las calatas ni los crímenes ni el fútbol. La municipalidad es parte de  la cruda realidad del vecino de la ciudad.

Quiere decir entonces que un acuerdo de “amplia base” para un gobierno nacional puede realizarse -como lo hizo el famoso régimen de “amplia base” del presidente Raúl Leoni en Venezuela-  con los partidos más fuertes y ponerse a gobernar de común  acuerdo sobre una agenda de puntos fijos. Los autores de esta base son los  ministros de Estado y las autoridades de los organismos autónomos constitucionales. Aunque parezca contradictorio, la amplia base nacional funciona con el poder de las personas (figuras notables  o figuretis notables).

En cambio, en la gestión pública municipal, la organización y funcionamiento del organismo no requiere de ministros ni de políticos. La  “amplia base”  consta de profesionales altamente calificados, con especialidad y experiencia en los diversos campos del servicio vecinal.  Se trata de  poner en acción las obras y los servicios municipales. La ciudad requiere gerentes, que puedan tomar decisiones rápidas y eficientes. Que conozcan la fórmula mínima de la gestión pública: 1. Financiar, (obtener los recursos necesarios), 2. Administrar, (aplicar los recursos correctamente) y 3. Comunicar (informar que los recursos han sido aplicados correctamente).

En el gobierno de la ciudad existen variables diferentes que provienen de  las necesidades sociales insatisfechas de la población.  Servicios públicos básicos que demandan los vecinos a la autoridad municipal. Es la sociedad civil o la base social, a la que se refiere el politólogo canadiense David Easton, cuando dice que “el sistema político realiza interrelaciones políticas que se orientan a la asignación autoritaria de valores a una sociedad”. Pero no siempre el gobierno local puede o sabe aplicar recursos para satisfacer las demandas de la población.

La historia confirma que el gobierno local es el nivel más complejo del Estado.  Los burgomaestres las autoridades más revocadas en el Perú. Desde la dación de la Ley de Participación y Control Ciudadano, en 1995, se han realizado 7 consultas populares de revocación. El resultado es por demás ilustrativo: fueron revocados 278 alcaldes y 1247 regidores. El porcentaje se fue incrementando año a año. Por supuesto que si existiera la revocación para congresistas, el resultado sería muy diferente. “Robacables” o “comeoros” ya estarían en el lugar de donde nunca debieron haber salido.

La oportunidad histórica de mejorar la política en democracia

Por otro lado, se observa una expansión  del sistema político (partidos del acuerdo de amplia base) hacia otros grupos políticos acreditados. Es un proceso hiperactivo de entradas de demandas o apoyos y  de salida de decisiones y acciones, que el pueblo exige. No todas son resueltas oportunamente por la autoridad. Muchas veces se debe a que no se coloca “el hombre correcto, en el lugar correcto, en el momento correcto. La cosa se agrava cuando falta tiempo, dinero y esfuerzo para hacer una gestión rápida y buena.

Al margen de  etiquetas y hablando en función de ciencia política, Susana Villarán aún no se ha posicionado de un segmento político nacional. Es un capital humano potencial. Si pierde esto puede ganar aquello, o a la inversa. Tiene un puñado de gente que la sigue. La espiral debe ser virtuosa. Se debe corregir errores tácticos. La pregunta cristiana en Semana Santa  puede ser: ¿Qué he ganado y qué he perdido? Es cuestión de ponerse a pensar a solas. Es bueno.

Pienso que ha ganado la oportunidad de hacer una agenda política: 1) ejecutar una buena gestión con apoyo de técnicos expertos en gestión pública. 2) Establecer una profunda relación  con los vecinos de la ciudad de Lima 3) Fortalecer a su partido para afrontar con éxito el futuro político, que está a la vuelta de la esquina (más o menos 900 días sin feriados largos). Falta poco tiempo. La fórmula es la acumulación táctica de fuerzas sociales en el desarrollo estratégico de sus ejes políticos nacionales. (¿?).

El voto oculto y de los indecisos le ha dado la oportunidad de demostrar que puede hacer una buena gestión.  Aunque para mantener  su posición haya tenido que pagar un alto precio: la pérdida de casi todos sus regidores.  Sucede en política. El marketing político no tenía mejor opción táctica para la campaña. Otra opción  habría costado un  ojo de la cara, y con la probabilidad  de perder “zorra y cabra”. El gran  Maquiavelo por un momento parece justificar la lógica de “Rescatando al soldado Ryan”, película dirigida por Steven Spielberg.

El conflicto entre ética clásica y ética política. “Tensión que Maquiavelo recomienda resolver aplicando, en casos límite, el criterio de evitar males mayores realizando males menores. Este criterio, que justifica el mal al entenderlo como parte de la política, en la medida en que el mundo es irracional en términos morales, es el que define a la ética política de Maquiavelo, y no el de que el fin justifica los medios, como suele afirmarse”. Lo dice Javier Franzé, doctor en ciencia política de la universidad Complutense de Madrid.

Un SOS al sistema de partidos políticos

Los partidos políticos no deben actuar cada uno por su lado. Ya es hora de brindarles un SOS. En el Perú actual, donde muchos partidos políticos son esqueléticos, seudo-identitarios o pecadores, se necesita fortalecer a los partidos con base social. Una  buena forma de lograrlo es apoyar, no solo a un partido sino a un sistema de partidos. Es el mejor regalo que se le puede hacer a la democracia. ”El Estado democrático será siempre un Estado de partidos”, dice con acierto, García Pelayo.

Los partidos de cúpula no hacen bien ni a sus propias organizaciones ni a la sociedad. Al contrario,  producen la pérdida de confianza de la población en sus instituciones políticas. Especialmente al Congreso que es la institución política por excelencia (74% de opinión pública en contra). Lo que debe prevalecer en un Acuerdo de amplia base, son los partidos políticos auténticos y no agrupaciones “electoralistas”. La partidocracia se muere de sed desde hace mucho tiempo. Comenzar por fortalecer el partido es un punto de la agenda democrática. Es un encargo difícil de cumplir.Ganar no siempre es ganar; es bueno aplicar el análisis dialéctico. (El humilde Francisco no lo prohíbe).

Ganar no siempre es ganar; es bueno observar la otra cara de la moneda. Dijimos que la evolución política de Villarán ha sido compleja.

No se olvide de la tesis del politólogo David Easton