En el año 2000, Nelson Mandela, ya salido de su largo encierro en la cárcel surafricana, fue nombrado miembro de una comisión de paz en Burundí, país que sufría un doloroso y violento conflicto intertribal. Con respeto, pero con la autoridad de su experiencia, les reclama a sus líderes su actuación, les dice que no han sabido entender su papel en tiempos tan difíciles, y les recuerda la importancia de practicar el arte de la negociación. Si hacemos un ejercicio de imaginación, y en vez de Burundí decimos "Venezuela", ¿qué diría a nuestros políticos? Esta reflexión puede leerse en "Conversaciones conmigo mismo" (Mandela, 2010, Editorial Planeta), y yo la resumo y adapto a continuación:
1.- Se negocia con el que piensa distinto. Los iguales, los que piensan como uno, no requieren de negociación, pero los "otros" sí; con ellos es que hay que dialogar.
En Venezuela les diría a los líderes: "¡Siéntense los de ambos bandos y escúchense! Lean lo que escriben los del otro periódico y vean los canales de televisión de los otros, pero no para responderles y satanizarlos, sino para comprenderles y entender sus puntos de vista!".
Responsabilidades
2.- En todas las comunidades hay gente buena, los líderes deben buscarla y darle responsabilidades. Aquí su mensaje sería más o menos este: "en ambos bandos hay gente buena. Sea quien sea el bando que gane, busquen a esas personas, a las que tienen conocimiento y experiencia, a los honestos y de buena voluntad, y sumen para resolver los grandes problemas".
3.- Los líderes tienen que buscar la pacificación de la población, no la exacerbación de los ánimos que conduce a la violencia. ¡Caramba! Creo que en este punto casi regañaría a los radicales, "¡Cálmense y dejen de pelear. Hay que buscar apaciguarse y entenderse. Política no es guerra ni boxeo!".
4.- Llega un momento en que hay que ceder, la verdad total no la tiene nadie. Creo que Mandela diría, "hay razones de lado y lado, piensen en el país, pretender todo o nada no es negociar. Ceder no es cobardía. La rigidez no es buena compañía".
No sé si los líderes burundíes le hicieron caso a Mandela, pero sí es conocido que él evitó una guerra civil en su país, a pesar de los siglos de opresión de la población negra, a pesar del odio acumulado. Él mismo había tenido un verbo encendido en su juventud, pero cuando le correspondió ejercer su poder como líder nacional, pensó en todos y buscó la paz. Necesitamos sabios dirigentes como Mandela que busquen el entendimiento entre los venezolanos.