En estrategia nuclear los países se pueden dividir entre los que tienen capacidad de “second strike” (contragolpe nuclear) y los que no lo tienen.
La capacidad de contragolpe nuclear contra un ataque nuclear sorpresivo está hoy instalado en las flotas de submarinos nucleares que tienen solo las grandes potencias (en mayor cantidad los Estados Unidos, seguido en mucho menor número por Rusia, Francia, la Gran Bretaña y la China).
Estos submarinos son casi indetectables, navegan sumergidos por todos los océanos del mundo y son capaces con sus misiles balísticos nucleares de contragolpear e incinerar a cualquier potencia nuclear que se atreva a atacar a sus naciones.
De esta manera, el arma nuclear no es en verdad un arma porque no puede utilizarse so pena de recibir un contragolpe nuclear que destruiría al país atacante. Es así como se mantiene la paz entre las grandes potencias y no hay una tercera guerra mundial después de 69 años. El arma nuclear vuelve razonable a los que la poseen.
Corea del Norte no tiene esta capacidad de contragolpe, es un país nuclear sin “second strike”, pero a pesar de esto, declara como blanco nuclear a los Estados Unidos. Además, sus misiles no alcanzan hoy el territorio americano pero si alcanzan las bases americanas en Corea del Sur y Japón, que también han sido declaradas blancos nucleares, y de ser atacadas, debido a los tratados de alianza de los Estados Unidoscon estos dos países, sería como un ataque al mismo territorio estadounidense. ¿Entonces lo que quiere Corea del Norte es suicidarse?
¿Es tan insano el régimen comunista monárquico totalitario regido por la estirpe Kim, ahora por Kim Jong Un, hijo de Kim Jong il y nieto de Kim il Sung?
Lo que quiere Corea del Norte es algo que no es insano, pero que sí es irrealista, que confunde fantasía con realidad. Quiere con esta amenaza de guerra nuclear absurda que se le reconozca como una nueva potencia nuclear con capacidad para negociar directamente, de potencia nuclear a potencia nuclear, conEstados Unidos el problema de la división de la península coreana. Es decir, sin la participación del gobierno “títere” de Corea del Sur y sin la necesidad de la protección nuclear de China.
Parte importante de esta negociación sería que se le levante a Corea del Norte las sanciones impuestas por el Consejo de seguridad, que han sido hechas nada menos sin la oposición de China, su aliada y protectora, que está ya harta de las locuras militaristas norcoreanas, en medio de la falta de capacidad de la dinastía de los Kims para elevar el nivel de vida de su pueblo y evitar así la ola de refugiados norcoreanos hacia China.
También con esta pretensión fantasiosa Kim Jong Un, el nuevo amo de Corea del Norte, este jovencito de figura bovina, pretende superar la memoria de su difunto y furtivo padre y más bien volverse idolatrado, como su abuelo Kim il Sung, generalísimo de hierro, tres veces héroe de la republica y presidente eterno que invadió Corea del Sur en 1950.
Difícil analizar a dónde va toda esta absurda fantasía. Los servicios de inteligencia chinos y americanos deben estar consultándose (Con información del diario La Primera).