“Hollywood, entre los grandes inspiradores del consumo de droga. ¿Cuántas veces en el curso de una vuelta por los canales de TV cable (…) ve usted la historia de un narcotraficante y su triunfo eventual. Su fortaleza. Y si eso lo asocia a los dibujos animados donde todo se transforma… ¿Por qué se transforma? ¡Por la droga! ¡Es implícito que el Transformer es un drogado! (…)Todo eso, señores, va corrompiendo la conciencia de cada niño. Se ganará dinero con eso…¡También lo ganan los narcotraficantes, señores productores de películas bastardas y pro-narcotráfico! ¡Eso es lo dramático!”. (Video:http://bit.ly/cX0Otc)
Octubre del 2010, el entonces presidente García disertaba en RREE acerca de la cultura de promoción de la droga por parte de medios de comunicación del mundo. García, el presidente del país que estaba a poco de convertirse en la nación de mayor producción de hoja de Coca del planeta mientras él gobernaba, sintonizaba (excepto por los pobres Transformers) con un legítimo sentir y preocupación social: Perú tenía 61 mil hectáreas, Colombia 62 mil.
Resulta ahora que ese mismo García, histriónicamente preocupado por los productores de “películas bastardas pro-narcotráfico”, benefició en su gobierno a 3,207 condenados por tráfico ilícito de drogas.
Él se ha defendido diciendo que “en ningún caso de tráfico de cocaína se ha concedido indulto”, pero cuidadosamente no se ha referido a las conmutaciones donde más de la mitad de las 5,246 que él otorgó fueron a traficantes de drogas: 3,207 según la megacomisión. Tampoco ha mencionado a Cleto Carhuapoma, jefe de acopiadores de droga del Vraem (y en la lista de narcotraficantes de Dirandro, Dircote y DEA); o a Fernando Morales, que luego de ser beneficiado cayó en un laboratorio de cocaína en Paraguay (http://bit.ly/Z5YwQU)
“Ha atentado contra la política antidrogas del Estado”, ha dicho el especialista en temas de narcotráfico Jaime Antezana.
García dijo que “Hay gobiernos que prefieren lavarse las manos (...) Yo prefiero el camino de la compasión…” ¿Qué tal compasión por policías y soldados que exponen sus vidas en el Vraem, jueces y fiscales que arriesgan su integridad y a sus familias para poner tras las rejas a esta escoria social?
De confirmarse todo, esta debería ser la partida de defunción del Apra, un partido que se originó en la lucha por el pueblo y por alcanzar para él, el bien mayor, y que en las últimas décadas no ha hecho más que ensuciar su nombre con –mañosamente sorteadas– imputaciones de corrupción a gran, pequeña y mediana escala, violaciones a la ley y al derecho, Baguazos, Frontonazos, por no mencionar los delitos imputados al ex presidente que jamás enfrentó porque huyó del Perú hasta que prescribieron con supuesta ayuda de Montesinos(http://bit.ly/cEeuP0) y por lo que pudo volver y ser presidente otra vez.
Un Estado asociado con la droga es una de las peores cosas que nos puede ocurrir. Ya por intereses de poder o económicos(según el periodista Martín Hidalgo: “un testigo aseveró a la Megacomisión que les cobraban a los ‘narcos’ 10 mil dólares por año de reducción de pena” http://bit.ly/11qWaRB).
Si el Poder Judicial, como los conocedores apuntan, está plagado de apristas, o los miedos políticos no nos defienden, tendremos que hacerlo nosotros. Hay una línea que no puede ser cruzada. Un Estado no puede, por más abusada ley que asista al mandatario, dar como mensaje al narcotráfico que no importa si te atrapan, juzgan y sentencian porque un presidente puede borrarlo todo.
García ha dicho “Si no les gusta, no voten por mí”, desnudando la idea que impera en su mente: volver al poder. Le diremos parafraseándolo, que la reserva moral quizás no pueda poner un presidente, pero podremos evitar que lo sea quien no debe, como se hizo con el fujimorismo (Con información del diario La República).