Un pajarito caído del cielo [Nicolás Maduro]

La confesión de Nicolás Maduro de que Hugo Chávez se le apareció en forma de pajarito chiquitico para darle su bendición le ha dado nuevas alas al sesgo religioso de su campaña. Es sintomático que el elegido haya necesitado una nueva bendición, como si la que le dio en vida se le estuviera gastando por el camino. En una adelantada defensa frente a las almas procaces, Maduro ha pedido respeto por el pajarito y la espiritualidad.

La idea del pájaro que trae un encargo político no es nueva: desde la más remota antigüedad los pájaros han sido considerados mensajeros de los dioses, o incluso de un único dios en el monoteísmo. Esto casi seguro que por el privilegiado contacto con el cielo. La imagen es más convincente que la de un mamífero, digamos, transmitiendo un mensaje.

Las últimas apariciones de Chávez estuvieron marcadas por una intensa religiosidad, como que sus últimas imágenes son firmemente prendido de un crucifijo y reclamándole a Cristo que le conceda algo más de vida. Pero quizás nunca sospechó que pasaría tan rápido al ámbito del animismo, y menos reencarnado en un modesto pajarito.

El pajarito venezolano llega luego de una baja de Maduro en las encuestas, y trae un cierto dejá vu cubano. En 1959 una paloma blanca se le posó a Fidel Castro en uno de sus primeros discursos (el primero en TV), y le confirmó a muchos que estaba bajo la protección de los dioses Yaruba. En algunas versiones esa mansa ave se sopló impertérrita un discurso de dos horas.

Aquí en el Perú otra paloma blanca (ave que en las elecciones de 1985 había reemplazado al agresivo cóndor de Chavín en la zoología aprista) se le posó en el hombro a Alan García durante una manifestación. En este caso el numen tutelar era Víctor Raúl Haya de la Torre, también fotografiado con paloma blanca al lado en una antigua manifestación.

Pájaros históricos: la paloma enviada por Noé tras el diluvio, la paloma de Afrodita, la paloma de la Anunciación a María, los dos cuervos de Wotan: el pensamiento y la memoria. La lista es bastante más larga si salimos de Occidente. ¿Dónde colocará el chavismo este pajarito de Maduro, del cual todavía no existe una descripción cabal?

Que este columnista sepa no hay pajaritos carriers de mensajes divinos o encargos de ultratumba en nuestra historia. Los cóndores son más bien silenciosos y displicentes. En un verso de Blanca Varela los pájaros de la costa tienen un lenguaje de huellas que dejan sobre la arena húmeda (un filólogo cínico diría que son pájaros que escriben con las patas) (Con información del diario La República).