Entre el 4 y 5 de diciembre del año pasado se realizó la llamada Evaluación Censal de Estudiantes (ECE 2012), cuyos resultados han sido publicados en los primeros días de abril. De los mismos, se desprenden indicadores importantes para analizar las políticas educativas y emprender los cambios necesarios, toda vez que las mejoras no son elocuentes. Veamos algunos detalles.
Para empezar, es preciso reconocer las limitaciones de la ECE como mecanismo de evaluación. Por un lado, sólo se evalúa a los estudiantes que se encuentren entre el segundo y el cuarto grado de primaria correspondiente a la Educación Intercultural Bilingüe (EIB), con lo cual el resultado no es completo. No se evalúa la educación secundaria ni la básica alternativa. Por otro lado, sólo se evalúan dos aspectos curriculares: comprensión lectora y matemática. Esta resulta, sin duda, una de las limitaciones más importantes ya que, la educación de calidad debe ser de corte integral. Los “conocimientos” en lectura y razonamiento matemático resultan importantes, pero no constituyen un pilar fundamental para un mejor desarrollo del individuo y la sociedad en su conjunto. En otras palabras, se mide a la educación en función de rendimiento y no calidad educativa como un todo.
Ahora pasemos a los resultados. Si bien se nota que entre el año 2010 y el 2012 ha habido una mejoría, esta ha sido sólo de 1.1 punto por año. El ritmo de mejoría, como vemos, es lamentable. Por otro lado, en el área de matemática, ha habido un descenso. Sólo un 13.8% de estudiantes presentaba logros satisfactorios en el año 2010. Ahora, sólo un 12.9% lo alcanza. A estos dos datos hay que agregarle un hecho lamentable y es que los resultados correspondientes a los estudiantes dentro del sistema EIB no han sido publicados. Este no es un tema anecdótico, sino que pinta de cuerpo entero la inequidad al respecto en el sector.
El Ministerio de Educación (MED), sin embargo, indica que la educación rural empieza a mejorar en comprensión lectora. Esto es cierto. Es bueno señalarlo, aún cuando los resultados sean mínimos. Ahora bien, también a este respecto es fundamental señalar que Moquegua es la región que presenta los mejores resultados y Loreto el último lugar. En el caso del último, cabe indicar que en el año 2012 es la región que concentró el mayor porcentaje nacional de docentes en la nueva Ley de Carrera Pública Magisterial.
Ahora bien, el MED debe hacer caso a ciertos indicadores que contribuyen con la mejoría de resultados en Moquegua. Por un lado, las acciones realizadas en materia educativa son articuladas y se focaliza el trabajo con intensidad mayor en las zonas que más lo necesitan. Esto debe ocurrir también en la capital. Asimismo, en la región, la huelga de maestros llevada a cabo el año pasado, si bien fue acatada, fue temporal. Esto quiere decir que el ministerio necesita trabajar con los maestros, en actitud de diálogo y considerando sus reivindicaciones (justas) para evitar un escenario de protesta y consecuente pérdida de horas escolares a lo largo de este año.
Finalmente, un dato importante respecto de Lima. Se ha visto que en 20 de los 32 distritos de Lima, los estudiantes de colegios estatales presentan mejores resultados que aquellos que estudian en escuelas privadas. Lamentablemente, existe en el imaginario colectivo la idea de que las escuelas privadas ofrecen educación de mayor calidad que las públicas y esto no es cierto. Las privadas que lo hacen son aquellas escuelas sumamente caras que constituyen la minoría de la oferta educativa privada en el país. Las escuelas privadas en su mayoría, no sólo ofrecen una educación de calidad bajísima, sino que además no cumple con los derechos laborales de los maestros que en ellas laboran y que perciben sueldos lamentables.
Se trata, nuevamente, de poner el enfoque no sólo en la cultura de la evaluación, que consideramos positiva, sino de pensar en medidas articuladas que vean a la educación como un conjunto y no como un espacio de medidas aisladas. Del mismo modo, que se contemplen no sólo las áreas de comprensión lectora y razonamiento matemático, sino educación en valores, ciudadanía, etc.