El caso del embajador de Ecuador Rodrigo Riofrío: ¿Un juicio mediático más?

A estas alturas cabe preguntarse si el tratamiento que ha recibido la actitud por lo menos desafortunada del embajador de Ecuador por parte de la prensa peruana no constituye un juicio mediático más

La prensa peruana tiene una gran responsabilidad en lo que viene sucediendo a partir del incidente "personal" entre el embajador de Ecuador, Rodrigo Riofrío Machuca, y dos mujeres peruanas acaecido en un supermercado del distrito de Magdalena, en Lima, el día 21 de abril del presente.

Cadenas de televisión, periódicos y diversas emisoras de radio se constituyeron en este contexto en jueces para evaluar y, lejos de ponderar los hechos en su mesurada dimensión, dictar una sentencia al encuentro de un diplomático, cuyo comportamiento, pruebas al canto, dejó mucho que desear.

Un sector importante de la prensa peruana, sensacionalista y ávida de generar “los titulares de mañana”, tomando partida por el supuesto lado peruano que encarnan dos damas, una de las cuales ha reconocido haber agredido primero al diplomático ecuatoriano luego de un intercambio verbal que solo podemos imaginarnos acalorado, ha exacerbado los ánimos y contribuido no en poca medida a causar una crisis diplomática.

Hacen bien en este contexto algunas cadenas de televisión y radiales al circunscribir este hecho al plano meramente personal. Un lío, si se quiere una trifulca, entre dos grupos de personas que irracionalmente presas de la ira pierden los papeles. Hacen mal aquellos medios que, no queriendo dar su brazo a torcer, insisten y tratan de relacionar estos hechos con el supuesto talante de gobernantes de países hermanos. Cuando uno se equivoca admite la equivocación y acepta con hidalguía sus errores.

Mención, desgraciadamente especial, merecen algunos congresistas que por no quedarse atrás atizan el fuego lanzando condenas y exigencias al encuentro de un país que soberanamente toma sus propias decisiones. Nota tendría que tomar el presidente de la república Ollanta Humala y así ponderar su apreciación, opiniones pueden dañar las excelentes relaciones entre el Perú y el Ecuador.

Lo más correcto sería que el Ministerio Público, de oficio, inicie las investigaciones del caso a fin  de dilucidar lo que sucedió aquel día en ese supermercado de Magdalena del Mar. Corresponde a esta instancia, tomando como base el parte policial, y lo que digan los testigos, aperturar la investigación a la que hubiera lugar. Y a la justicia sentenciar de acuerdo a ley a quien corresponda, sea diplomático, por más inmunidad que haya, sea cual sea el sexo del verdadero responsable.

A estas alturas cabe preguntarse si el tratamiento que ha recibido la actitud por lo menos desafortunada del embajador de Ecuador por parte de la prensa peruana no constituye un juicio mediático más.