En 1985 ingrese a la Universidad Católica y la primera semana nos pasaron un video sobre la vida universitaria. En un video apareció la figura cultísima de Luis Alberto Sánchez que cautivó a todos.
En otro video sale el reputado matemático rector de la PUC, Dr. José Tola. El Dr. Tola era un tipo muy conservador cuya delgadez era exagerada. Su busto recordatorio está en pleno barrio hebreo de San Isidro. Exactamente en la calle Víctor Maurtúa. El video de Tola era ultraaburrido. Parece que no tuvo un buen guionista en el CETUC o estuvo muy mal dirigido
Entre los episodios que puedo contar de mi vida en la PUC versa cuando escuché un discurso vibrante de Javier Diez Canseco en el aniversario de la Facultad de CC.SS.. Se concentró en el año 1972, cuando organizó la primera huelga de obreros y estudiantes para lograr que a los obreros se les diera un mejor trato no solo salarial.
Por ese asuntillo, JDC fue expulsado de la universidad cuando terminaba Sociología. JDC remato así: “probablemente por eso jamás tendré un título universitario”.
Ojo con este detalle sobre la PUC.
Más tarde lo volví a ver en los pasillos del Congreso en 1987 cuando con un grupo de amigos de la Universidad Nacional de Trujillo se nos ocurrió organizar un debate sobre la estatización de la banca.
Lo aborde en el ascensor. Estaba vestido con una guayabera blanca y era tan delgado como el Dr. Tola. Cuando le dije que lo invitábamos a Trujillo para el debate su respuesta fue inmediata. “Si es Trujillo, voy”. En la misma mata del aprismo alanista proestatista, JDC aceptaba meterse a escarbar en la papa caliente.
Comunique la noticia a mis amigos y estos se animaron más. El siguiente objetivo era conquistar a “Cucho” Haya de la Torre y a Felipe Osterling. La cosa era generar un foro variopinto.
Solo recuerdo su sonrisa calma. El espíritu de JDC era de calma que transmitía de inmediato. Extrema tal vez. Y eso contrastaba con la visión que tenía cuando lo veía en televisión en tantos paros y marchas o cuando leía cosas negativas de él y Ricardo Letts en el semanario “Oiga”.
Más tarde lo vi en Chiclayo, cuando me lo presentó en la campaña 2006 del Partido Socialista Alejandro Santa María, quien se había pasado del aprismo - luego de una broncaza con Alan - al movimiento de JDC. En esos días la fama del Congreso no era muy buena y me tocó convocar prensa para la visita que JDC hacia al norte. Fuimos a Ferreñafe en la camioneta de Alejandro y hubo un momento que hablaba por fono convocando a la prensa mencionando “estoy con JDC congresista” y no lo señalaba como candidato presidencial. Se volteó y me dijo muy barrunto “profesor, no digas congresista porque nadie da ni medio por este Congreso, mejor di candidato”. Asentí. Esa misma tarde conocí en el distrito de Leonardo Ortiz a una leyenda de las guerrillas del 65. Ricardo Gadea Rubio, hermano de Hilda Gadea que fue esposa del “Che” Guevara.
JDC no ha aceptado ser homenajeado por dos entidades enajenadas de sí mismas en estos momentos. El Congreso que no aceptó su retorno a pesar de haber ganado por vía judicial su reingreso y la Universidad Católica que lo expulsó por no ser tan “políticamente correcto” con el punto de vista contrario. Fuera de decir que la PUC está ganada ahora mismo para el Opus Dei.
Esa es la esencia de esta crónica. Por eso empecé narrando el video de Sánchez que nos cautivó a todos los de mi promoción. El mensaje era claro: “ser tolerantes con todos y con todo tipo de ideas, menos con la intolerancia”.
Y en eso ando.