El 7 de mayo de 1924, Víctor Raúl Haya de la Torre fundó en la ciudad de México la Alianza Popular Revolucionaria Americana.
En el Salón de actos del Museo Nacional, Haya de la Torre hizo entrega la bandera de Indoamérica al presidente de la Federación de Estudiantes de México, en un emotivo, juicioso y célebre discurso: “No sólo queremos a nuestra América unida, sino a nuestra América justa. Sabemos bien que nuestro destino como raza y como grupo social, no puede fraccionarse: formamos un gran pueblo, significamos un gran problema, constituimos una vasta esperanza”
Desde aquél entonces, el aprismo es una alianza de las clases media, campesina, proletariado industrial y es un movimiento político latinoamericano autónomo, sin ninguna intervención o influencia extranjera; no está ligada a ninguna Internacional y no le financia ningún país extranjero.
La filosofía del aprismo puntualiza que la concepción marxista es un antecedente histórico importante pero no inalienable, no una verdad inconcusa, toda vez que está limitado y relativizado por las condiciones peculiares de su Espacio y de su Tiempo, que son las que determinan su negación dialéctica. Al mismo tiempo determina que si los problemas sociales y económicos de Europa e Indoamérica son diferentes, las soluciones deben también ser diferentes.
Según la doctrina del aprismo, sólo la conciencia de un destino justo y libre puede elevar el espíritu del hombre a la altura de su portentoso vuelo de progreso material, espiritual y moral.
Este Gran Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales cree en la Democracia Funcional como fin y no como medio, propugna y defiende un Estado nacionalista, popular, descentralista, regionalizado, sustentado en la igualdad de deberes y derechos de todos los que conforman la Gran Nación Peruana e Indoamericana y en el principio general de la Justicia Social con Pan y Libertad.
El aprismo plantea la necesidad de los capitales para la industrialización de Perú y de los países de América Latina, pero con el debido control y sujetas a nuestras leyes, con el pago de un salario digno y justo, que permita a los trabajadores gozar de mejores niveles de vida, bienestar y felicidad.
Combate todo tipo de imperialismo y de dictaduras, vengan éstos como vengan y de donde vengan o con el disfraz que usen. Lucha por una revolución integral: social, educativa, cultural, política, económica, ecológica, científica, tecnológica y moral, a través de medios pacíficos y racionales.
El aprismo postula regir los destinos del Perú, a través de elecciones limpias y democráticas. Ya fue gobierno durante dos periodos:1985-1990 y 2006-2011, con Alan García Pérez, como Presidente de la República.
En esta fecha histórica los apristas de pensamiento, corazón y acción, que no traicionan sus ideales, asumen el compromiso de seguir siendo leales y consecuentes al pensamiento revolucionario de su Maestro, Jefe y Guía, Víctor Raúl Haya de la Torre.